(María Valero/El Mundo) Según han informado a El Mundo fuentes de Juan Ciudad ONGD, la organización de cooperación internacional de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, a la que pertenece Pajares, el estado del sacerdote español ha empeorado en las últimas horas, aunque de momento no se le ha hecho el test para confirmar si padece ébola.
Junto a Pajares, permanecen aislados en el Hospital San José de Monrovia, otro sacerdote más joven y enfermero de profesión, un administrativo laico de nacionalidad ghanesa y tres religiosas africanas -hermanas de misioneras de la Inmaculada Concepción-, dos de las cuales también presentan síntomas (fiebre principalmente).
Escasean las medicinas
Los tres religiosos con síntomas están recibiendo paracetamol y suero para permanecer hidratados, mientras que sus compañeros disponen de material de aislamiento; aunque la ONG reconoce que en las últimas horas empezaba a escasear el material sanitario y estaban pendientes de un cargamento de material enviado desde Madrid.
El Hospital San José de la capital liberiana estuvo atendiendo enfermos de ébola hasta que el gobierno liberiano decidió clausurarlo hace cuatro días y centralizar toda la atención de esta enfermedad en el Hospital Elwa. Allí precisamente falleció el pasado viernes el camerunés Patrick Nshamdze, director del Hospital San José de Monrovia, y a quién el español Miguel Pajares y sus compañeros estuvieron atendiendo durante sus dos semanas de lucha contra la enfermedad.
Aislados
Es precisamente por su contacto con un fallecido por ébola por lo que Pajares -que trabaja en este centro de Monrovia desde el año 2008- y sus otros cinco compañeros permanecen aislados en el Hospital de San José, sin que las autoridades liberianas permitan su salida o la entrada de nadie más, salvo el personal del Ministerio de Sanidad liberiano que deberían hacerles las pruebas, pero que aún no han acudido por la situación desbordada que vive el país.
En este sentido, las mismas fuentes de la Orden reconocen que el sacerdote español se encuentra preocupado porque no se les ha realizado aún el test que confirme o descarte la presencia del ébola; aunque no descartan tampoco que su fiebre se deba a unas fiebres tifoideas. El sacerdote español, de 75 años, padece también un problema de corazón, por lo que su estado de salud preocupa en su orden, que tiene contacto diario con él por teléfono y correo electrónico. También su familia, procedente de un pueblo de la provincia de Toledo, está al tanto de su situación. El test del ébola podría realizarse a lo largo de este lunes, aunque como reconocen desde Juan Ciudad ONGD, la situación en Liberia por esta enfermedad es caótica y las autoridades están desbordadas.
Otro médicos español de esta misma orden religiosa, Manuel García Viejo, dirige en Sierra Leona otro hospital en el que se está atendiendo a pacientes con esta fiebre hemorrágica. Como confirman las mismas fuentes, el español se encuentra bien aunque en este centro han fallecido ya al menos dos enfermeras desde que comenzó el brote que asola a tres países de África Occidental (Libera, Guinea Conakry y Sierra Leona).
