(RV/InfoCatólica) Los miembros que han tomado parte en este encuentro han sido: Catherine Bonnet, Francia; Marie Collins, Irlanda; Sheila Baroness Hollins, Reino Unido; el cardenal Sean Patrick O’Malley, O.F.M.Cap, Estados Unidos; Claudio Papale, Italia; Hanna Suchocka, Polonia; Humberto Miguel Yáñez, S.I., Argentina y Hans Zollner, S.I., Alemania.
Al final del encuentro, con motivo de un briefing para los medios de comunicación, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, se ha publicado –por cuenta de la Comisión– la siguiente declaración:
«A la hora de empezar nuestro servicio queremos expresar nuestra profunda solidaridad a todos los que han sido víctimas de abusos sexuales cuando eran niños o adultos vulnerables y hacer saber que desde el comienzo de nuestra tarea hemos adoptado el principio de que el bien de un niño o de un adulto vulnerable es prioritario a la hora de tomar cualquier decisión.
Durante nuestros encuentros, cada uno de nosotros ha compartido ideas, experiencias y aspiraciones sobre esta Pontificia Comisión. Respondiendo a la solicitud del Santo Padre, la discusión se ha centrado en la naturaleza y los objetivos de la Comisión y en la ampliación de sus miembros para incluir a personas de otras zonas geográficas y de diversas competencias.
En nuestras conversaciones también hemos examinado muchas propuestas sobre la forma en que la Comisión podría colaborar con expertos de sectores relacionados con la salvaguardia de los menores y los adultos vulnerables. También nos hemos encontrado con varios miembros de la Curia romana de cara a una futura cooperación, entre ellos representantes de la Secretaría de Estado, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de la Congregación para el Clero, de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de la Gendarmería Vaticana.
En cuanto Comisión consultiva del Santo Padre, comunicaremos al Papa Francisco los resultados de nuestro trabajo. A su debido tiempo, propondremos iniciativas para fomentar la responsabilidad local en todo el mundo y el intercambio mutuo de «prácticas mejores» para la protección de todos los menores, mediante programas de preparación, educación, formación y respuesta ante los abusos. También hemos compartido con el Papa la importancia que atribuimos a algunos aspectos de nuestro futuro trabajo.
Consideramos que es muy importante asegurar la responsabilidad de la Iglesia, incluida la puesta a punto de medidas y procedimientos eficaces y transparentes. Propondremos al Santo Padre unos estatutos que expresen con más precisión la naturaleza de la Comisión, su estructura, su actividad y sus objetivos. Está claro, por ejemplo, que la Comisión no tratará los casos individuales de abusos, pero podrá presentar sugerencias sobre las normas para garantizar la responsabilidad y las mejores prácticas. En los estatutos presentaremos propuestas específicas que hagan hincapié en la sensibilización de la opinión pública sobre las trágicas consecuencias del abuso sexual y de las devastadoras repercusiones de no escuchar o no informar cuando se sospecha un abuso, así como de la falta de ayuda a las víctimas de abusos sexuales y a sus familias.
Al mismo tiempo que los católicos se comprometen a que nuestras parroquias, escuelas e instituciones sean lugares seguros para todos los menores, nosotros, junto con las personas de buena voluntad, nos comprometemos a asegurar que los niños y los adultos vulnerables estén protegidos de los abusos. Pedimos a todos los que apoyan el trabajo de la Comisión que recen por nosotros».