(Servimedia/InfoCatólica) «Por supuesto que es compatible. En España realmente hay dos asignaciones distintas, por lo que si lo estimamos oportuno podemos duplicar la ayuda a la sociedad destinando un 0,7% a la Iglesia y otro 0,7% a fines sociales. Son compatibles y duplican la ayuda», dijo Giménez a Servimedia, con motivo del comienzo de la campaña de la declaración de la renta.
Es más, confesó que, a título personal, siempre ha marcado ambas opciones. «Hay que recordar que mientras la primera casilla la recibe íntegramente la Iglesia, en el caso de fines sociales depende del reparto que estime el Gobierno en función de los proyectos sociales concretos presentados», agregó.
Verificar si la casilla aparece marcada
Este experto económico que trabaja para los obispos españoles también insistió en verificar si la casilla aparece marcada en los borradores que reciben los ciudadanos, ya que la casilla de la Iglesia no suele estar señalada y puede pasarse por alto.
«Si no es así, podemos marcarla modificando nuestro borrador de una manera muy sencilla. Así, podremos decidir que una pequeña parte de nuestros impuestos (7 euros de cada 1.000) se destinan al sostenimiento básico de la Iglesia, es decir, a que la Iglesia pueda seguir prestando sus servicios a todos los ciudadanos: servicios espirituales, de acompañamiento personal, de vivencia de fe, educativos culturales y asistenciales. Marcando la casilla no pagaremos más ni nos devolverán menos», insistió.
Giménez Barriocanal también dijo a Servimedia que, aunque la Iglesia como tal no percibe aportaciones cuando los contribuyentes marcan otros fines sociales, «son muchas las instituciones de Iglesia que, en régimen de igualdad con el resto de instituciones sociales (como fundaciones y ong), presentan proyectos concretos para el 0,7% social y son adjudicatarias de los mismos».
Según los datos que Hacienda desveló tras la campaña del IRPF que se llevó a cabo el año pasado, 9 millones de contribuyentes marcaron la casilla de la Iglesia católica, lo que supuso un total de 249 millones de euros.
Según el vicesecretario para Asuntos Económicos de la CEE, con ello se pudo financiar entre un 25 y un 30% las necesidades primarias de las 22.700 parroquias, 20.000 sacerdotes y agentes de pastoral, «así como la ingente labor de acompañamiento que realiza la Iglesia en todos los ámbitos de actuación».