(Nación/InfoCatólica) Para ello, proponen una campaña de lucha contra la hambruna para los próximos 11 años. Esta consiste en reducir la cifra de personas que no tienen qué comer.
«La pobreza y el hambre van de la mano y responden a fallas de carácter estructural. La Iglesia hace un llamado a que cada una de las ocho diócesis atiendan el tema de la hambruna y que las familias, antes de botar comida, ofrezcan ese plato a los más necesitados», dijo Mons. Óscar Fernández, obispo de Puntarenas y presidente de la Conferencia Episcopal.
Cada obispo conoce la realidad de su diócesis
Pese a que la Iglesia aún no tiene definido un presupuesto fijo para atender la hambruna, Mons. Ángel Sancasimiro, obispo de Alajuela enfatizó en que cada obispo debe conocer su diócesis y atender a las personas más necesitadas de su comunidad.
«Es muy fácil decirle a otros que se comprometan con la hambruna. Pero nosotros también vamos a tomar un papel activo en las acciones contra el hambre. La solución no está en el asistencialismo porque eso colocaría al pobre como un objeto. Se trata también de que se puedan crear herramientas para que esas personas puedan tener acceso a las necesidades básicas de alimentación», dijo monseñor San Casimiro.
Carta pastoral
La iniciativa forma parte de la carta pastoral «Compartirás tu pan con el hambriento» y se inscribe en una campaña mundial que se lleva a cabo en 164 países.
Los obispos aprovecharon la presentación de la epístola para hacer un llamado a los diputados de la Asamblea Legislativa a fin de que aprueben el proyecto de Banca para el Desarrollo.
Además, hacen un llamado al futuro Gobierno para que revise la brecha salarial que hay en el sector público y que garantice el cumplimiento de derechos laborales, como el salario mínimo en sectores como el agrícola.