(Protestante Digital/InfoCatólica) La importancia del acto y de su cargo se reflejaba en que estuvo acompañada de Iñaki Oyarzábal, responsable de la Secretaría de Justicia, Derechos y Libertades del PP, de quien dependerá directamente Rodriguez de Castro. Añadiendo aún más respaldo político de peso al momento, participó activamente Dolors Montserrat, Vicepresidenta Tercera del Congreso español y una de las figuras ascendentes del partido.
Se explicó la importancia de este momento histórico en el PP, así como el deseo de concretar la apuesta por el pluralismo dentro del propio partido, al que tradicionalmente se ha vinculado al catolicismo, aunque «cuenta con cargos políticos de todas las principales confesiones religiosas, en una realidad plural que pocas veces se comenta», dijo Montserrat.
Relación con el Ministerio de Justicia
Se explicó también que se trata de un cargo oficial dentro del PP, que no interfiere con la Dirección General de Asuntos Religiosos, que depende del Ministerio de Justicia, y que representa al Gobierno español en el desarrollo de las relaciones con las confesiones religiosas, especialmente en la aplicación y desarrollo de los Acuerdos con el Estado.
«Ahora coincidimos políticamente el PP y el Gobierno, pero puede no ser así en el futuro. Y en cualquier caso una cosa es la actividad política del PP a nivel no sólo nacional, sino autonómica y local; y otra la del Gobierno de España», expresó Oyarzábal.
Esto no quita, explicaron, que exista una relación de colaboración, información y contacto mutuo permanente, pero «desde la independencia de la misión de cada entidad».
Funciones del cargo
La labor de Elisabet consistirá fundamentalmente en la representación del Partido Popular hacia las distintas entidades que componen el amplio panorama que conforma la confesión evangélica en España. Su trabajo servirá de interlocución y contacto directo, facilitando el entendimiento mutuo entre el PP y las diferentes entidades evangélicas. «Mi experiencia es que no es sencillo el entendimiento entre el lenguaje político y el de los cristianos evangélicos. Por ambas partes hay conceptos e ideas distintas, a veces malentendidos por puro desconocimiento, y en mi labor oficiosa durante los últimos años –«militando» en ambos lados– he comprobado que es necesario un puente que facilite la necesaria comprensión mutua».
Se especificó que se trata de un servicio a las entidades evangélicas, sin ninguna connotación en el ámbito político. «Es una mano tendida, sin más propósito que estrecharla y en lo posible ayudar», expresó Elisabet a Protestante Digital.
La idea, a través del papel de interlocutora de Elisabet Rodríguez, es que además del diálogo abierto permanente existan mesas de trabajo, consulta y reflexión, donde participarán distintos representantes evangélicos que variarán en función del contenido y los objetivos de cada encuentro.
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