(La Tribuna de Toledo/InfoCatólica) Según explicaba el alcalde, Julián Pérez, el robo debió cometerse en la noche del lunes al martes, sin que sus responsables hicieran algún movimiento que pudiera ser detectado por los vecinos de esta pequeña población de unos 700 habitantes.
El primer indicio del robo fue hallado por una patrulla del Instituto Armado sobre las 7,30 de la mañana de ayer martes, que encontró un sagrario abierto en un campo a las afueras de la localidad, rodeado por hostias para comulgar.
Con este detalle, los agentes dieron aviso al regidor y al párroco, Jesús Montero. Una vez llegados al templo, sus portones aparentaban estar cerrados. Sin emabargo, una de sus hojas de entrada presentaba sus cerrojos forzados por el uso de una palanca. Ya dentro de la iglesia, se comprobó que los asaltantes también habían roto los cierres de la puerta de sacristía, para sustraer los objetos litúrgicos que se guardan en esta dependencia.
La Guardia Civil ha iniciado sus pesquisas rastreando el escenario del robo, aunque por lo que ha trascendido no se ha encontrado ninguna huella dactilar de los autores .
El alcalde expresó su disgusto por algo que va más allá de la «simple ratería» y turba la tranquilidad en el pueblo. «Todo el mundo se ha preocupado por lo que ha pasado, y la gente tiene su devoción», comentaba Pérez señalando la especial sensibilidad de los vecinos de Villamuelas sienten hacia su parroquia.
El regidor señala que se ha perdido una custodia de especial valor, usada en la celebración de un Corpus, junto a cálices, copones y otros elementos empleados para oficios religiosos como bandejas o vinajeras. Según Pérez, el valor económico de lo sustraído se situaría provisionalmente en unos 30.000 euros, aunque el padre Montero matiza que se está aún realizando un inventario de lo robado y no se aventura a dar una cifra definitiva.
Profanación
El párroco de Villamuelas ha incidido, por su parte, en el daño a las creencias religiosas que supone este robo con la sustracción del sagrario con sus sagradas formas, lo que se considera una profanación. El padre Montero ha anunciado que se oficiará el próximo sábado 15 a las seis de la tarde una misa de reparación del agravio que presidirá el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza.
El arzobispo se ha puesto en contacto con el párroco nada más conocer el suceso. Representantes del Arzobispado, como el vicario episcopal de La Mancha Emilio Palomo, han visitado la parroquia para expresar el respaldo eclesiástico. «Ha sido un duro golpe tanto por el robo como por la profanación», comentaba Montero para destacar, pese al trance, la asistencia a una misa oficiada ayer en el templo como una muestra de fortaleza de la comunidad parroquial.