(Faro de Vigo) Los actos de celebración de la festividad de Santo Tomás en el Instituto Teológico San José de Vigo contarán este año con la destacada participación del obispo de Ciudad Rodrigo, monseñor Raúl Berzosa.
¿Qué significa la festividad de Santo Tomás para usted?
Es una persona de total actualidad. Estamos viviendo los mismos problemas sociales que había en sus tiempos: un cambio de milenio; nuevas filosofías; los problemas de nuevas ciudades; la existencia de guerras y conflictos generalizados; gran pluralismo de religiones y culturas, mucha pobreza... Además, en su tiempo nacieron cristianos que querían reformar radicalmente la iglesia y hoy, también.
Dará en Vigo una conferencia titulada «Europa y Cristianismo: ¿Divorcio o fecundo maridaje?». ¿Cuál es la respuesta?
Ha sido un fecundo maridaje y tiene que seguir siéndolo. No pueden ser compañeros que se ignoren y se enfrenten. Deben abrir un futuro de identidad.
¿Se están separando ahora?
Europa es muy compleja y ha tenido a lo largo de la historia muchas separaciones. Parece que, ahora que estamos en la globalización, lo que se quiere construir es una Europa que no tiene en cuenta suficientemente sus raíces. Una Europa que no sabe de dónde viene y que está tanteando hacia dónde va.
¿Y en la sociedad española?
Hay una especie de cultura más bien laica. Lo laico es correcto cuando se entiende como una separación sana entre lo religioso y la vida cotidiana. El problema es cuando el laicismo se vuelve agresivo y se convierte en anticlericalismo y cristofobia.
¿Cree que se debe a algún motivo en particular?
Creo que la sociedad española, por lo menos de nombre, se considera cristiana. Otro tema es el tema de la práctica. Sobre todo, en los más jóvenes. Falta una coherencia del día a día con la fe. El mayor problema es lo que se llama cristianismo a la carta o cristianismo descafeinado, que es contradictorio. Por ejemplo, dicen que están en contra de la pena de muerte y luego admiten un aborto muy amplio.
¿Qué valoración hace de la nueva ley del aborto?
Se quieren proteger los derechos de la madre y del que va a nacer. Amplío el tema: A veces se olvidan los derechos del otro progenitor y también, como creyente, los de Dios.
¿En un estado aconfesional cree que se pueden aplicar valores cristianos a una ley?
Lo que están en juego no son los valores cristianos, sino la defensa de la vida. Y eso es previo a cualquier creencia y cualquier Estado. Y el día que un Estado no defienda la vida es un Estado que muere.
¿Qué opina del papel de la mujer en la Iglesia?
Todavía tiene que tener más protagonismo, como dijo el Papa. Uno sano, porque en la Iglesia se tienen que complementar en igualdad total hombres y mujeres.
¿En igualdad total? ¿Podría haber una mujer sacerdote, obispo o Papa?
No tiene por qué serlo. Dentro de la Iglesia hay distintas vocaciones y carismas y todas son complementarias. No es cuestión de que mezclemos los roles, sino de que cada uno encuentre su sitio. Somos complementarios, pero diferentes. Ni siquiera se plantea que una mujer pueda ser Papa, es un tema absurdo.
¿Cómo valora el nuevo estatus de la asignatura de Religión en la ley de Educación?
Está en estudio. Espero que haya un consenso social grande en este tema, como en otros. Que no haya posturas de ruptura.
Una de sus últimas publicaciones es «Diez desafíos al cristianismo desde la nueva cultura emergente». ¿Cuál es el mayor?
El gran reto es lo que proclama el Papa Francisco: que seamos una iglesia de puertas abiertas donde quepamos todos sin discriminación. Estamos en un momento muy interesante, de gracia. No estamos en una época de cambio, sino en un cambio de época, también dentro de la Iglesia. El Señor está pegando fuerte y el Papa nos está marcando un camino muy claro y ojalá dentro de la Iglesia española también sepamos seguirlo. Ahí sí que hay un camino por recorrer. La iglesia tiene que estar en medio del pueblo, con olor a oveja, comprometida con los más pobres, tiene que salir de las sacristías y de las oficinas. Iglesia de puertas abiertas y pobre. Los que llevamos la responsabilidad, todavía podemos mezclarnos más con la gente y en medio del pueblo.
¿Qué espera del Papa?
Benedicto, con su gesto valiente, dio paso a un Papa enorme, que está revolucionando la Iglesia y la sociedad. Está marcando las pautas de por dónde tiene que ir y es la defensa de los más pobres. Ha sido el personaje del año porque es líder.
Usted es periodista. ¿Cómo ve la comunicación de la Iglesia?
Es lo más importante porque nuestra misión es anunciar el Evangelio. El lema hoy, y el padre Lombardi lo repite continuamente, es la transparencia informativa. El nuevo secretario de la Conferencia Episcopal, que creo que lo está haciendo muy bien, dijo el primer día: «Queremos una relación con los medios de transparencia y atención continuada». Dentro de la Iglesia, no hay nada que ocultar.