(Portaluz/InfoCatólica) Los Uigures, etnia históricamente contraria al Partido Comunista de China, por su resistencia a la imposición de leyes que violan sus creencias han pagado elevados costos en vidas.
A los Uigures (como a todas las mujeres chinas) que exceden el límite de hijos permitido por el Partido Comunista Chino, se les somete al aborto forzado, esterilizaciones forzadas y otras medidas coercitivas, informa Avvenire. Y puntualiza que en el caso de esta mujer se le ofreció pagar una multa (que oscila entre los 6 mil y 14 mil euros… inalcanzables para familias campesinas empobrecidas como los Uigures) o someterse al aborto. Estando en su noveno mes de embarazo cuando fue descubierta por la policía, la mujer huyó con su esposo desde Arish Hotan, su ciudad, prefectura noroccidental de Xinjiang, para refugiarse en casa de sus padres. Pero fueron detenidos allí y la mujer embarazada llevada por la fuerza al hospital más cercano...
La práctica en este tipo de abortos, dice Avvenire, es violenta. Luego de someterlas y ser llevadas al hospital –precisa el periódico- «inyectan un veneno directamente al bebé que está en el vientre de la madre y se induce el parto. Las madres dan a luz un niño vivo, pero por el efecto del tóxico muere casi de inmediato en sus brazos».
La publicitada apertura del régimen Chino determina que una pareja puede tener dos hijos si uno de los padres es en sí mismo un hijo único. Hasta ahora sólo podían tener dos hijos las parejas que viven en zonas rurales, y en las que ambos padres son hijos únicos.