(JSJ/InfoCatólica) «Los Jóvenes de San José hemos convocado una manifestación a favor del no nacido pero concebido. Junto a nosotros se han sumado otros que nos han apoyado y han contribuido a que la jornada haya sido todo un éxito», recordaron.
Indicaron que la manifestación pro-vida se produjo con normalidad «hasta que un grupo de cerca de 500 personas, no sabemos si espontáneos u organizados, se han plantado delante de nosotros, gritando, insultando, escupiéndonos, tirándonos objetos diversos para impedirnos ser la voz de los que no tienen voz».
«Al final de la manifestación, incluso han intentado golpear a diversos manifestantes. Un grupo organizado quería impedir nuestro derecho a manifestar nuestra postura a favor a la vida».
Los abortistas, denunciaron los Jóvenes de San José, «decían que éramos un grupo de fascistas, gritaban libertad para la mujer, pero sin embargo no atendían al verdadero problema del asunto, que es la libertad que tiene el niño concebido pero no nacido».
Sin embargo, los manifestantes pro-vida encontraron aliento «a pesar del gran número de personas que nos gritaban», en los cincuenta millones de niños abortados en el mundo en 2013.
«Cincuenta millones de personas que no han podido asistir a esta manifestación, que ni siquiera han tenido el derecho a discernir si ir o no ir, porque no les han permitido nacer, a esos cincuenta millones de niños asesinados en el seno materno, nos hemos encomendado para no vacilar en nuestra postura en defensa de la vida».
Aseguraron que a pesar de los ataques sufridos, «en Barcelona continuará habiendo una voz firme que defienda el derecho a nacer, continuará habiendo una postura radical que no permita negociaciones con un bien tan sagrado como es la vida, no queremos ningún tipo de legislación que permita el aborto, sea en el caso que sea».
«Hoy hemos sido testigos del Evangelio de la Vida en medio de nuestros hermanos, hermanos que no querían oírnos, hermanos que no querían saber de nosotros, pero al fin y al cabo hermanos, y no podemos quedarnos para nosotros este tesoro del Evangelio que hemos recibido, es necesario que lo transmitamos de manera oportuna y no oportuna», aseguraron.