(EP/InfoCatólica) El cardenal Grocholewski ha citado las palabras pronunciadas en la ONU por Malala Yousafzai, la joven pakistaní herida gravemente por los talibanes porque iba a la escuela con otras chicas. «Un niño, un maestro, un libro, un lápiz, pueden cambiar el mundo. La instrucción es la única solución», ha subrayado.
Además, Grocholewski ha indicado que el «diálogo» es la «palabra clave» que une todos los aspectos que se tocan en el documento. «Y para que la escuela católica desempeñe, con ese enfoque, un papel constructivo, no puede debilitar su identidad, sino al contrario, reforzarla, ni tanto menos su misión puede separarse de la evangelización», ha añadido.
Enseñanza de religión y respeto a la libertad personal
Esa identidad, según ha precisado, la sostiene «la enseñanza de la religión católica, que se conjuga muy bien con el respeto de la libertad personal y de la formación continua de los dirigentes y docentes». Por ello, ha apuntado que el documento se dirige a los padres, «responsables primeros y naturales de la educación de los hijos», a los organismos que representan a la familia en la escuela, y a cuantos se ocupan de la educación en el ámbito pastoral.
Además, la reflexión se extiende a la relación entre cultura y religión, entre religión católica y otras religiones, dando espacio a la presentación de los fundamentos teológicos, para concluir que el objetivo final de la educación al diálogo intercultural es «la construcción de una civilización de amor».
«Este es el servicio con el que las escuelas católicas, que buscan siempre conjugar la tarea educativa con el anuncio explícito del Evangelio, constituyen una contribución muy válida a la evangelización de la cultura, incluso en los países y ciudades donde una situación adversa estimula a utilizar la creatividad para encontrar recorridos adecuados», ha puntualizado.