(Zenit/infoCatólica) El patriarca asegura que «en la Franja de Gaza, los habitantes sufren los efectos del embargo israelí y también el egipcio. Para evitar que el conflicto se extienda, como un reguero de pólvora, en toda la región, se debería establecer de inmediato en Siria un alto el fuego duradero, impidiendo la entrada de cualquier tipo de armas desde fuera».
Considera positivo que las conversaciones entre israelíes y palestinos se hayan reanudado a finales de julio, después de tres años de interrupción. Aunque reconoció que «los esfuerzos se ven obstaculizados por la colonización israelí».
Unificación de la fecha de la Pascua
El prelado cree que la unificación de la fecha de la Pascua «no es fácil, pero es un primer paso hacia la unidad completa y requiere un esfuerzo por parte de todos».
Además subraya la relización en Amán de la Cumbre Internacional «Los retos de los cristianos árabes», celebrada los días 3 y 4 de septiembre, bajo los auspicios del rey de Jordania y que reunió a más de 70 patriarcas y jefes de las comunidades cristianas en la región. Y como se ha indicado la necesidad de «una enmienda de la Constitución en los países árabes» gracias a la cual «los cristianos puedan sentirse como en casa como todos los demás ciudadanos, con todos los derechos y deberes inherentes».
El arzobispo católico reitera la condena a «toda forma de fundamentalismo religioso» así como el aumento de los actos de vandalismo de integristas que han afectado a una veintena de lugares sagrados o lugares de culto.
Mons. Fouad Twal explica que para construir la paz y hacer frente a las corrientes extremistas con un espíritu profético, «la Iglesia católica administra 58 escuelas en Palestina, 20 en Israel y 40 en Jordania, así como tres universidades». Y añade que entre los actos programados para el próximo año figura «La visita del Papa a Tierra Santa, prevista para el próximo mes de mayo, primero en Jordania y luego en Israel / Palestina».
«Levanto mi oración a Dios –concluye su beatitud– a fin de que los cristianos, los judíos y los musulmanes encuentren en su propia herencia espiritual, espacios comunes en los que poder trabajar juntos para poner fin a la injusticia, la opresión, la ignorancia y todos los actos malvados que destruyen el don de Dios para nosotros - la dignidad del hombre».