(Zenit/InfoCatólica) Anoche antes de la Misa ya se festejaba. Los fuegos artificiales, con músicas y danzas típicas demuestran la inculturación lograda por la Virgen María que se apareció al indígena San Juan Diego con los rasgos autóctonos y le habló en el idioma nahuat, como recordó ayer el papa Francisco en el mensaje que envió a América con motivo de la festividad.
María sigue el ejemplo de Cristo
«Cuando se apareció a san Juan Diego -dijo el papa Francisco- su rostro era el de una mujer mestiza y sus vestidos estaban llenos de símbolos de la cultura indígena. Siguiendo el ejemplo de Jesús, María se hace cercana a sus hijos, acompaña como madre solícita su camino, comparte las alegrías y las esperanzas, los sufrimientos y las angustias del Pueblo de Dios, del que están llamados a forman parte todos los pueblos de la tierra». Ver el mensaje completo
Al iniciar la misa de media noche, el celebrante indicó: «Hoy guiados por la Divina Providencia nos encontramos nuevamente en la colina del Tepeyac en este 12 de diciembre. Aquí hace 482 años Jesucristo, luz de las gentes, quiso manifestar su acción salvadora en los albores de la evangelización de América por medio de la Virgen María, en la persona del indio san Juan Diego». Y recordó que desde entonces la Virgen cumple su misión de madre y maestra de la Iglesia y compaña a los habitantes de estas tierras, así «como a todos quienes la aman, invocan y en ella confían».
Algunas personalidades del mundo del espectáculo participaron para llevar las tradicionales «Mañanitas» a La Virgen de Guadalupe, y el canto inició con el trío conformado por Eugenia León, Tania Libertad y Guadalupe Piñeda, con su «Gracias a la vida».
Mal tiempo
Las bajas temperaturas y la niebla fría que cubrieron la basílica durante la noche no impidieron ni obstaculizaron la devoción popular que desde media noche, con la santa misa y después con el folklor, permitió vivir un espectáculo marcado por la fe y la devoción.
Unos diecinueve mil agentes policiales de la capital y ocho mil de las fuerzas federales participaron para brindar seguridad y dirigir el flujo de peregrinos, además de más de un centenar de médicos y enfermeras que trabajan en los módulos de atención y ambulancias.