Cáritas Española y Manos Unidas han lanzado este martes, Día Internacional de los Derechos Humanos, la campaña 'Una sola familia humana, alimentos para todos', impulsada por Cáritas Internationalis y auspiciada por el Papa Francisco con la que pretenden acabar en el año 2025 con el «escándalo» del hambre en el mundo –que sufren casi mil millones de personas– y a través de la cual, piden eliminar los obstáculos que impiden que esta desaparezca, como la corrupción o la sumisión de la ONU a los intereses de los grandes.
«La corrupción a veces tolerada que impide que los recursos lleguen al pueblo, la frecuente sumisión de las Naciones Unidas a los intereses de los grandes, la valoración que hacemos de los recursos muy por encima de las personas, la lejanía desde la que se toman hoy las grandes decisiones en el mundo, todo esto impide que estos hermanos nuestros que viven en extrema pobreza puedan salir de esta situación», ha indicado el obispo responsable de Manos Unidas, Juan José Omella.
Durante la presentación de la campaña en la Universidad Pontificia de Comillas, Omella ha explicado que pretenden que las instituciones se den cuenta del problema del hambre y ha indicado que «si hay hambre en el mundo es porque falta solidaridad» pues, en realidad, «hay suficientes recursos para alimentar a todos».
Además, ha recuperado las palabras pronunciadas por el Papa Francisco en Lampedusa para calificar de «vergüenza» que casi mil millones de personas pasen hambre en la actualidad y que miles de personas mueran por esta causa «cuando en el mundo se tira tanta comida». «Aquí el problema es como vencer la obesidad y allí es cómo comer», ha subrayado.
Por su parte, el obispo responsable de Cáritas Española, Alfonso Millán, ha exclamado que «el hambre es uno de los mayores escándalos en el mundo actual» y ha añadido que «la economía debe estar siempre a favor de las personas, no al revés».
«PROHIBIR LA ESPECULACIÓN CON ALIMENTOS»
Por ello, según ha precisado la directora del Área de Cooperación Internacional de Cáritas, Natalia Peiró, la campaña busca apelar a todos los actores –la comunidad internacional, los Estados, la ciudadanía, las comunidades cristianas– para que «se prohíba la especulación con alimentos, la generación y destrucción de excedentes alimentarios, se prime el apoyo a pequeños agricultores en su disponibilidad de tierra y en su desarrollo productivo y se utilicen los recursos naturales de manera sostenible».
Concretamente, las líneas de acción de la campaña, en la que Cáritas y Manos Unidas trabajarán durante un año, son: las acciones para erradicar el hambre –iniciativas de seguridad alimentaria, apoyo a pequeños agricultores, promoción de la mujer rural–; la incidencia –estar presentes en la asamblea de las Naciones Unidas y promover el desarrollo legislativo de las directrices de la FAO, también en España–; y la movilización, –contar las historias de quienes pasan hambre y educar en la solidaridad, para acabar con la cultura del descarte–.
En este sentido, el coordinador del departamento de campañas de Manos Unidas, Marcos Gordillo, ha asegurado que acabar con el hambre en 2025 «no es un sueño» sino que les parece «real», pero para ello hay que superar desafíos. Y es que, según la FAO, hay unos 842 millones de personas con hambre crónica en el mundo.
«NO ES PROBLEMA DE PRODUCCIÓN SINO DE ACCESIBILIDAD»
No obstante, según apunta Gordillo, también hay datos positivos como que el mundo es capaz de producir un 17% más de calorías por persona que hace 30 años, aun habiendo crecido la población un 70%. Por ello, considera que el problema frente al hambre «no es de producción de alimentos sino de accesibilidad».
En cualquier caso, ha señalado que el modelo de producción de alimentos actual «a la larga, no es viable ni sostenible» pues, según ha apuntado, el sector de la agricultura es el que mayor cantidad de gases emite a la atmósfera (el 30% del total) y esto supone «un gran impacto medioambiental» y dificulta la producción de alimentos para quienes viven en el medio rural.
Al lanzamiento de la campaña le ha seguido una ola de oración a las 12,00 horas que recorrerá todo el planeta. En esta oración, las organizaciones de la Iglesia han pedido a Dios que «inspire a los gobiernos y a los empresarios, así como a todos los ciudadanos del mundo, a encontrar soluciones de caridad para finalizar con la hambruna mundial». Además, el acto ha concluido con los cantos y bailes de un grupo procedente de Kinshasa (República Democrática del Congo).
(EP/InfoCatólica) «La corrupción a veces tolerada que impide que los recursos lleguen al pueblo, la frecuente sumisión de las Naciones Unidas a los intereses de los grandes, la valoración que hacemos de los recursos muy por encima de las personas, la lejanía desde la que se toman hoy las grandes decisiones en el mundo, todo esto impide que estos hermanos nuestros que viven en extrema pobreza puedan salir de esta situación», ha indicado el prelado responsable de Manos Unidas, Mons. Juan José Omella, obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño .
Durante la presentación de la campaña en la Universidad Pontificia de Comillas, Mons.Omella ha explicado que pretenden que las instituciones se den cuenta del problema del hambre y ha indicado que «si hay hambre en el mundo es porque falta solidaridad» pues, en realidad, «hay suficientes recursos para alimentar a todos».
Además, ha recuperado las palabras pronunciadas por el Papa Francisco en Lampedusa para calificar de «vergüenza» que casi mil millones de personas pasen hambre en la actualidad y que miles de personas mueran por esta causa «cuando en el mundo se tira tanta comida». «Aquí el problema es como vencer la obesidad y allí es cómo comer», ha subrayado.
Por su parte, el prelado responsable de Cáritas Española, Mons. Alfonso Millán, obispo de Barbastro ha exclamado que «el hambre es uno de los mayores escándalos en el mundo actual» y ha añadido que «la economía debe estar siempre a favor de las personas, no al revés».
«Prohibir la especulación con alimentos»
Por ello, según ha precisado la directora del Área de Cooperación Internacional de Cáritas, Natalia Peiró, la campaña busca apelar a todos los actores –la comunidad internacional, los Estados, la ciudadanía, las comunidades cristianas– para que «se prohíba la especulación con alimentos, la generación y destrucción de excedentes alimentarios, se prime el apoyo a pequeños agricultores en su disponibilidad de tierra y en su desarrollo productivo y se utilicen los recursos naturales de manera sostenible».
Concretamente, las líneas de acción de la campaña, en la que Cáritas y Manos Unidas trabajarán durante un año, son: las acciones para erradicar el hambre –iniciativas de seguridad alimentaria, apoyo a pequeños agricultores, promoción de la mujer rural–; la incidencia –estar presentes en la asamblea de las Naciones Unidas y promover el desarrollo legislativo de las directrices de la FAO, también en España–; y la movilización, –contar las historias de quienes pasan hambre y educar en la solidaridad, para acabar con la cultura del descarte–.
En este sentido, el coordinador del departamento de campañas de Manos Unidas, Marcos Gordillo, ha asegurado que acabar con el hambre en 2025 «no es un sueño» sino que les parece «real», pero para ello hay que superar desafíos. Y es que, según la FAO, hay unos 842 millones de personas con hambre crónica en el mundo.
«El problema no es la producción sino la accesibilidad»
No obstante, según apunta Gordillo, también hay datos positivos como que el mundo es capaz de producir un 17% más de calorías por persona que hace 30 años, aun habiendo crecido la población un 70%. Por ello, considera que el problema frente al hambre «no es de producción de alimentos sino de accesibilidad».
En cualquier caso, ha señalado que el modelo de producción de alimentos actual «a la larga, no es viable ni sostenible» pues, según ha apuntado, el sector de la agricultura es el que mayor cantidad de gases emite a la atmósfera (el 30% del total) y esto supone «un gran impacto medioambiental» y dificulta la producción de alimentos para quienes viven en el medio rural.
Al lanzamiento de la campaña le ha seguido una ola de oración a las 12,00 horas que recorrerá todo el planeta. En esta oración, las organizaciones de la Iglesia han pedido a Dios que «inspire a los gobiernos y a los empresarios, así como a todos los ciudadanos del mundo, a encontrar soluciones de caridad para finalizar con la hambruna mundial». Además, el acto ha concluido con los cantos y bailes de un grupo procedente de Kinshasa (República Democrática del Congo).