(EFE/InfoCatólica) El obispo metropolitano de Alepo y Alejandría, Bulos Yaziji, y el metropolitano siriaco-ortodoxo de Alepo, Yuhanna Ibrahim, fueron secuestrados el 22 de abril en el norte de Siria, cuando estaban en una misión para lograr la libertad de dos sacerdotes raptados cuatro meses antes.
Ningún grupo se ha atribuido el secuestro, pero el Gobierno de Damasco ha señalado que los autores podrían ser islamistas chechenos, posibilidad que también ha mencionado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres.
Recientemente, el patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa, Kiril, dijo que había muchas posibilidades de que los obispos siguieran vivos. El presidente libanés, de confesión católica maronita, advirtió, además, en su discurso de que si los cristianos desaparecen en el Líbano «el cristianismo quedará en el Líbano en Oriente Medio».
«La convivencia no significa solo que cristianos y musulmanes vivan juntos, sino que también debe darse en el ámbito político», agregó Suleiman, que defendió la participación de los cristianos en la política de sus respectivos países. Además, consideró que el descenso en los últimos años del número de cristianos en la región se debe, entre otros motivos, al conflicto árabe-israelí, la violencia, el terrorismo, la emigración y los cambios demográficos.