(Diario de Sevilla) Mons. Fernández recordó que en un principio «eran los inmigrantes» quienes más precisaban de la ayuda de la organización caritativa de la Iglesia Católica, pero muchos han vuelto a sus países de origen.
«Luego fueron los nativos pobres», mientras que ahora «son personas normales, que se han quedado sin trabajo, aquellas que nunca habían pensado que necesitarían de Cáritas», las que acuden a la misma en busca de comida o ayuda económica para pagar la hipoteca, el alquiler o la factura de la luz, porque, sencillamente, no encuentran un empleo, ni cuentan con recursos para hacer frente a esos gastos, y ahora «en la propia ciudad de Córdoba», según ha precisado el obispo, «ya no hace falta cruzar el puente para encontrar a personas en esta situación, con eso está dicho todo».
Otro dato que refleja esa tendencia negativa lo aporta el Economato Social puesto en marcha por Cáritas, precisamente hace ahora un año, y que «ya está desbordado», según Fernández, pues «se hizo para atender a entre 100 y 200 familias y va por 500 o 600».