(Los Andes/infoCatólica) «Lo vinculamos con la toma del Colegio Nacional Buenos Aires», manifestó Alberto, sacristán del templo. El hecho se registró después de las 5 de la tarde del día de ayer, cuando los agresores rompieron un candado de una puerta que divide la iglesia del colegio y forma parte de la Manzana de las Luces.
En el templo prendieron fuego una silla, a la que ubicaron patas para arriba entre los bancos donde se sientan los feligreses durante las misas. Además, los desconocidos usaron pintura blanca para escribir en el piso, adelante del altar, tres frases: «La única iglesia que ilumina es la que arde», «Hipócritas» y «Ni Dios ni amo».
«Cuando bajamos a abrir la iglesia encontramos humo y daños», indicó el sacristán a Crónica TV. También dijo que los agresores «entraron por un túnel que hay del colegio para la iglesia». «Ayer pusimos un candado nuevo y lo rompieron», sostuvo y agregó que el mismo día vieron «a dos chicos que salieron corriendo» en dirección al establecimiento educativo.
Esta mañana estuvieron el vicario general de Buenos Aires, Mons. Joaquín Sucunza, y el rector de la catedral, sacerdote Alejandro Russo, para evaluar los daños junto al párroco del templo, Francisco Baigorria.
Templo más antiguo de la ciudad
La iglesia de San Ignacio se remonta a la llegada de los primeros jesuitas a Buenos Aires, en época del gobierno de Hernandarias. La primera construcción estuvo emplazada en la hoy Plaza de Mayo y bajo la advocación de Nuestra Señora de Loreto, pero en 1610, al ser beatificado el fundador de la Compañía de Jesús, fue rebautizada como San Ignacio de Loyola.
En 1661, por razones de seguridad y defensa del fuerte de la ciudad, los jesuitas abandonaron la construcción de Plaza de Mayo y se trasladaron al solar delimitado por las actuales calles Perú, Bolívar, Alsina y Moreno, propiedad de una hacendada mujer que había enviudado sin hijos. El templo actual data de 1675, cuando se inauguró la segunda iglesia, también de adobe.
El templo afectado tiene más de 300 años de antigüedad. En 1942 fue declarado Monumento Histórico Nacional. El 16 de junio de 1955, el edificio fue atacado por simpatizantes del presidente Juan Domingo Perón, quienes también incendiaron la Curia Eclesiástica y otras nueve iglesias de Buenos Aires.