(El Mundo) El Consejo Parroquial, un ente formado por una docena de voluntarios que colaboran en la agenda de la parroquia y cuyo presidente es el propio Lladó, emitió su veredicto hace dos días. Una decisión que ha llevado a que el párroco lleve desde entonces sin aparecer por el pueblo.
La iglesia de Bunyola no ha celebrado misa alguna desde el miércoles y sobre el municipio planea el interrogante acerca de quién oficiará la misa de Sant Mateu prevista para el sábado. «En estos momentos el ambiente en el pueblo de cara a la misa de Sant Mateu es de incertidumbre total», asegura el alcalde, Jaume Isern.
Decisión irrevocable
Por el momento, Lladó no ha comunicado a nadie del Ayuntamiento sus intenciones, aunque sí al Obispado de Mallorca. Según fuentes de esta institución, el cura anunció personalmente al propio obispo, Javier Salinas, su decisión «irrevocable» de dejar de oficiar tanto en Bunyola como en Palmanyola, entidad local menor dependiente del municipio bunyolí.