(ACI/InfoCatólica) «Nosotros allí pues le indicamos que nosotros estamos permanentemente trabajando por la paz y la convivencia y por un rechazo a la delincuencia, pero que estamos dispuestos a colaborar un poco más, en el campo de la prevención y en el campo del llamado a que haya el desarme voluntario de la población», indicó.
En ese sentido, luego que el periodista Carlos Croes recordara que en esa reunión «le planteó (al ministro) el restablecimiento de la educación religiosa en los colegios», el Purpurado señaló que desde los comienzos del país en las escuelas públicas se impartía la educación religiosa. «Eso lamentablemente en los últimos años ha encontrado muchas trabas, inclusive hubo una cierta oposición de parte de algún alto cargo del gobierno a la educación, la catequesis, pues, en la escuela», advirtió.
El Cardenal Urosa señaló que esa situación, que se viene dando desde el año 2004, está trayendo como consecuencia que al no recibir ninguna formación religiosa, no tengan «la fuerza interior para dominar la violencia, para dominar la cólera, la ira, para dominar la soberbia que lleva un muchacho a matar a otro».
«Cuando uno analiza la realidad de los crímenes que aquí han ocurrido, y de las personas que están en las cárceles, la mayoría son personas que no han tenido la formación religiosa. Entonces, nosotros abogamos porque para que haya una verdadera convivencia pacífica, para que baje la criminalidad, para que baje la violencia, se restituya la posibilidad de impartir la educación religiosa en las escuelas públicas», insistió.
El Arzobispo dijo que en la reunión «el Ministro abogó por la libertad de culto. Nosotros defendemos la libertad de cultos, y no pretendemos imponerle la educación religiosa católica a nadie. De manera que eso es para los niños que quieran recibir esa educación religiosa, de manera que no se trata de una imposición, sino se trata más bien de apoyar y ayudar a la gente a que reciba ese mensaje de amor y ese mensaje de control moral que debe tener una persona para convivir en sociedad».
Dijo que una consecuencia de la violencia es que ahora en los templos «no podemos celebrar los oficios en la tardecita, tiene que ser más temprano porque la gente tiene miedo y se van y porque no hay transporte. Ya después de las siete de la noche la gente no quiere estar fuera de su casa».
Finalmente, expresó su deseo de que se logre el desarme de la población civil. «El gobierno debe dar pasos para que la gente sepa que es preciso que entreguen las armas (...). Yo espero que esto se organice y vaya mejor, y nosotros estamos plenamente dispuestos a colaborar», afirmó.