(DPA) No obstante, la Conferencia Episcopal admite la posibilidad de que las multitudinarias protestas, que se vienen realizando a lo largo y ancho de Brasil con algunos episodios violentos, pueden afectar el número de participantes de la Jornada, que se realizará entre los días 23 y 28 de julio.
«Evidentemente la violencia en nuestro país aparta al turista, sea cual sea el motivo de su visita. Siempre que vamos a un país queremos ser bien recibidos, saber que hay seguridad y que no seremos perturbados con violencia y grandes manifestaciones», señaló.
«Tal vez no tengamos un número tan alto de extranjeros», subrayó.
A propósito de las movilizaciones, la CNBB emitió hoy un comunicado en el que expresa su «solidaridad y apoyo» a las protestas, «siempre que sean pacíficas».
«Se trata de un fenómeno que involucra al pueblo brasileño y lo despierta para una nueva conciencia. Las protestas requieren atención y discernimiento a fin de que se identifiquen sus valores y límites, teniendo siempre en vista la construcción de la sociedad justa y fraterna que deseamos».
Agrega que por haber nacido «de manera libre y espontánea a través de las redes sociales», las protestas «nos cuestionan a todos nosotros y testimonian que ya no se puede vivir en un país con tanta desigualdad» y «se apoyan en la justa y necesaria reivindicación de políticas públicas para todos».
«Gritan contra la corrupción, la impunidad y la falta de transparencia en la gestión pública. (...) Son, al mismo tiempo, testimonio de que la solución de los problemas por los que pasa el pueblo brasileño solo será posible con la participación de todos», reflexionan los obispos brasileños.
Las protestas «hacen renacer la esperanza cuando gritan 'El gigante despertó'».