(ACI/InfoCatólica) El evento servirá de aliento para defender «la vida de los ancianos, de los enfermos, de los agonizantes, de quienes todavía no han nacido, de aquellos que viven afligidos física y mentalmente, y de todos los que viven situaciones de sufrimiento», en este Año de la Fe. El encuentro es también una ocasión para «celebrar, afirmar y alentar a cuantos con tanta dulzura se abandonan a seguir los pasos del Buen Pastor, dedicándose a las necesidades físicas, emocionales y espirituales de quien es anciano, discapacitado, enfermo, no nacido o sufriente», añadió.
El sábado por la mañana los peregrinos se repartieron en grupos por idiomas por diversas parroquias de Roma para la celebración de la Santa Misa y una catequesis dedicada a la importancia para el cristianos del respeto y la defensa de la vida.
Mons. Carlos Simón Vázquez, Subsecretario del Pontificio Consejo para la Familia, fue el encargado de las catequesis en lengua española, que se impartieron en la Basílica de Sant’Antonio di Padova de Roma.
Posteriormente, Mons. José Rodríguez Carballo, Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, celebró la Misa junto a los fieles.
Por la tarde, todos los grupos realizaron una pequeña peregrinación desde el Castel Sant’Angelo de Roma, hasta la Plaza San Pedro del Vaticano, que concluyó con la recitación del Credo en diversas lenguas. Las iglesias cercana al recorrido estuvieron abiertas para todo aquél que quiso detenerse para la Adoración Eucarística, o celebrar el Sacramento de la Penitencia.
En la noche, a las 8:30 p.m. comenzó una procesión con antorchas y se procedió a la Vigilia de preparación para la Misa con junto al Papa al día siguiente, que comenzará a las 10:30 a.m. en la Plaza de San Pedro. Después, todos juntos, procederán al rezo del Ángelus junto a Francisco.
«Nuestra esperanza es que el número de fieles reunidos en la Plaza San Pedro sea tan grande que haga resonar en todo el mundo nuestra coral expresión del verdadero corazón de la misión redentora de Jesús: ‘Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia’», concluyó Mons. Fisichella recordando las palabras de Jesús.