(La Tercera/InfoCatólica) «Lamento mucho las declaraciones de Felipe. Encuentro que sus generalizaciones son injustas, nada aportan a la vida de la Iglesia y nuestra tarea evangelizadora. Le pido perdón y, a través suyo, nuestros pastores», decía el mensaje.
«Le adjunto una carta que envié a La Tercera y El Mercurio», consignaba también el correo, en referencia al texto que Valenzuela envió a las secciones editoriales de ambos periódicos, que la publicaron el jueves.
En esta última misiva se refirió al trabajo que el ex capellán de Un Techo para Chile ha realizado en Africa, tras partir a Burundi en 2010: «Su inserción con los más pobres en Africa hace creíble su profética llamada de atención y nos urge a luchar contra las escandalosas desigualdades de nuestro país».
En el texto planteaba, también, que «no se puede desconocer el testimonio generoso y silencioso de muchos laicos y laicas, religiosas y religiosos, sacerdotes y pastores que han comprometido su vida con los más pobres, ya sea a través de obras sociales, educativas o parroquiales».
Fuentes eclesiásticas consultadas por este medio afirman que el mismo correo electrónico enviado por Valenzuela a Ezzati, también fue dirigido por el provincial de los jesuitas a otros obispos, con los que la Orden tiene una relación más próxima. Otras fuentes de la Iglesia añaden que esta misiva también llegó a otros obispos del país.
Tras la difusión del documento de Valenzuela entre autoridades eclesiásticas, este medio contactó al provincial de los jesuitas, quien, por escrito, precisó que «hay que valorar las palabras de Felipe, que dice mucha verdad en varios temas y aportan a la discusión sobre el país y la Iglesia que queremos. Sus palabras plantean preguntas y desafían, pero debemos evitar las generalizaciones y descalificaciones».
Sobre las disculpas ofrecidas a Ezzati, señaló que «no podemos desconocer lo mucho que la Iglesia, de muy diversas maneras, sirve a los más pobres y excluidos de nuestro país. Por eso extendí mis disculpas a Ezzati y a algunos obispos porque, si bien se dice verdad, me parece que hay una generalización injusta en cuanto al rol de la Iglesia y sus pastores».
Cercanía con Berríos
El vínculo entre Eugenio Valenzuela (54) y Felipe Berríos (55) se remonta a la década de 1970, cuando ambos eran estudiantes del San Ignacio de El Bosque. Al interior de la Compañía de Jesús se menciona que los dos se ubicaban desde el período escolar, pero que no fue hasta que comenzaron a estudiar para ser sacerdotes, que se hicieron amigos.
Estas mismas fuentes cuentan que el lazo entre ellos se ha mantenido, pese a que tienen roles diferentes en la Orden y caracteres disímiles: mientras Valenzuela cultiva un perfil bajo, pero ocupa el cargo más importante de la congregación en el país, Berríos es considerado un sacerdote mediático y que evita los cargos eclesiásticos de poder.
Desde que Valenzuela asumió como superior provincial en 2008, ha salido al paso de las declaraciones de Berríos en más de una oportunidad. Su columna sobre «la cota mil» (en referencia a parte de las universidades privadas) y su carta de despedida cuando partió a Africa, en 2010, son algunos de los casos en los que el provincial ha mediado pública e internamente, para «limar asperezas», como señalan fuentes de la Orden. «Esto ocurre porque ellos (los jesuitas) tienen la libertad de hablar de lo que sientan necesario, sin prohibiciones», añaden estas fuentes.
Respecto de la partida de Berríos a Africa (donde primero estuvo en Burundi, construyendo una escuela agrícola, y luego pasó a El Congo), fuentes eclesiásticas afirman que esto fue idea de Berríos, quien buscaba nuevas tareas, la que fue aceptada en la Orden.
Fuentes eclesiásticas afirman que, pese a que ambos se comunican con frecuencia, Valenzuela se enteró el mismo martes de la entrevista que emitiría TVN. En ésta, Berríos formuló críticas a la sociedad chilena, al consumismo, a la clase política y a la dirección de la Iglesia.
Acerca de este último punto, afirmó que «los líderes eclesiásticos que tenemos han sido puestos justamente por su carácter de no quebrar ni un huevo, entonces, no harán nunca tortilla».
Reacciones
Las disculpas de Valenzuela fueron bien acogidas por algunos obispos.
«Creo que hace justicia el padre provincial: que hable en nombre de todos los jesuitas del país, que sí conocen la obra de la Iglesia en educación y el trabajo de los pastores en muchas diócesis. El sí conoce la realidad y ésta difiere muchísimo de la visión que, desde tan lejos y después de algunos años, ha manifestado el padre Berríos», señaló Héctor Vargas, obispo de Arica, quien en julio asumirá en Temuco.
Por su parte, el obispo saliente de Temuco, Manuel Camilo Vial, señaló que «me parece un gesto importante para aclarar ciertas cosas que se dijeron y que han tocado profundamente a muchos obispos, porque se generalizaron algunas cosas desde la lejanía».