(Agencias) Asimismo, ambas materias, que tienen un régimen especial porque es obligado ofertarlas en línea con los acuerdos con la Santa Sede -no se consideran troncales-, se podrán cursar como optativas desde la Primaria, facilitando así que quien lo desee pueda estudiar las dos y no sólo una, como contemplaba inicialmente el anteproyecto de la norma, en la que Religión y Valores eran excluyentes.
El Consejo de Estado había criticado en su dictamen sobre la LOMCE este punto por entender que podía ser discriminatorio para el alumno no poder estudiar una de las dos. Ahora, quien se haya matriculado en religión, por ejemplo, podrá matricularse además en valores, en detrimento de cualquier otra de las optativas, según han concretado fuentes del Ministerio de Educación.
La Lomce también recoge la eliminación de la Educación para la Ciudadanía, cuyos temarios serán repartidos por otras asignaturas, y la financiación pública de los centros de enseñanza segregada por sexos siempre que "garanticen la igualdad".
Profesionales por la Ética ha valorado positivamente esos aspectos de la ley mediante la siguiente nota de prensa:
Parece que se acerca el final de una etapa. Si todo prosigue su curso, y de acuerdo con el proyecto de Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) que el Consejo de Ministros acaba de remitir a las Cortes, el dañino experimento de Educación para la Ciudadanía en España toca a su fin. La agresión ideológica conocida como EpC que iniciaron la Fundación CIVES y los grupos de izquierda radical laicista de la mano del gobierno de Rodríguez Zapatero, desaparece del sistema educativo español, al menos tal y como fue concebida. Aún así, los alumnos tendrán que sufrir esta asignatura hasta septiembre de 2014, en el mejor de los escenarios.
La LOMCE incluye otros elementos favorables a la libertad de elección de los padres reconocida en la Constitución Española: la libertad lingüística queda garantizada, al igual que la formación religiosa (si la eligen los padres) y la posibilidad de llevar a los hijos a colegios de educación diferenciada sin ser penalizados económicamente. «No obstante», a juicio de Jaime Urcelay, presidente de Profesionales por la Ética, «habrá que estar atentos a la asignatura de Valores éticos, alternativa a la religión, que en ningún caso puede imponer una moral estatal; ciertamente, no es obligatoria pero eso no justifica el adoctrinamiento. Sería deseable que se limitara a exponer teorías éticas sin imponerlas a los menores».
Otro tema preocupante, para Profesionales por la Ética, es el silencio gubernamental ante la situación de miles de objetores a Educación para la Ciudadanía. «Esta asignatura», asegura Jaime Urcelay, «se suprime debido a la fuerte polémica social que ha provocado, como acaba de reconocer el Consejo de Estado. Y los protagonistas de esa polémica han sido los objetores a Educación para la Ciudadanía, muchos de los cuales han sido obligados a repetir curso o suspendidos por el hecho de defender la libertad de todos. Si el Gobierno no establece un mecanismo legal para normalizar académicamente a los objetores cometerá una gravísima injusticia».