(EFE/InfoCatólica) Con esa manifestación, el Vaticano salió al paso de la polémica desatada después de que el cardenal brasileño Joao Braz de Aviz, prefecto del dicasterio para la Vida Consagrada, dijera este domingo en un encuentro con unas 800 superioras religiosas de todo el mundo que no había sido consultado por la congregación para la Doctrina de la Fe a la hora de preparar el documento sobre la LCRW.
También dijo, según informó la revista estadounidense «National Catholic Reporter», que la relación entre el Vaticano y las monjas estadounidenses no puede ser un «muro contra muro» y que los cardenales «no deberían desconfiar los unos de los otros».
El cardenal contó a las monjas que dijo al purpurado William Levada –que presidía el ex Santo Oficio cuando se preparó el documento contra las monjas «rebeldes»– que su dicasterio «obedecería» lo que dijera el papa y la congregación para la Doctrina de la Fe, «pero que hubiera sido necesario haber discutido juntos el tema y no fue así».
Hoy, el Vaticano aseguró que ambos dicasterios «colaboran desde hace tiempo en un enfoque teológico renovado de la vida religiosa en la Iglesia».
«La preocupación de la Santa Sede está motivada por el deseo de respaldar la vocación noble y hermosa de los religiosos, de modo que el testimonio elocuente de la vida religiosa pueda prosperar en la Iglesia en beneficio de las generaciones futuras», señaló el Vaticano en una nota.
Reunión de los responsables de los dicasterios
Según el Vaticano, las palabras del cardenal João Braz de Aviz fueron mal interpretadas y los dos dicasterios trabajan «en estrecha colaboración, en función de sus responsabilidades específicas».
También señaló que el actual prefecto del ex Santo Oficio, el arzobispo Gerhard Müller, y el cardenal Braz de Aviz se reunieron ayer lunes, y reafirmaron «su compromiso común de cara a la renovación de la vida religiosa, y en particular a la evaluación doctrinal de la LCWR y el programa de reformas que requiere de acuerdo con los deseos del Santo Padre».
La LCWR está en el punto de mira del Vaticano desde el pasado año, debido a la posición de la misma en temas como el aborto, la contracepción, la homosexualidad, la eutanasia y afirmaciones de feminismo radical incompatibles con la enseñanza católica.
En junio de 2012, el Vaticano le advirtió de que debe atenerse a las enseñanzas de la Iglesia y expresó su preocupación «tras los problemas doctrinales surgidos».
El Vaticano encargó al arzobispo de Seattle (EEUU), Peter Sartain, que investigara la situación creada y preparara la reforma del organismo, el documento al que el papa Francisco dio recientemente su visto bueno.
Comunicado de la Oficina de Prensa sobre la colaboración entre la Congregación para la Doctrina de la Fe y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada
«La Congregación para la Doctrina de la Fe y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica colaboran desde hace tiempo en un enfoque teológico renovado de la vida religiosa en la Iglesia. La preocupación de la Santa Sede, expresada parcialmente en la Evaluación Doctrinal de la Presidencia de la Conferencia de las Superiores Religiosas de los Estados Unidos (LCWR), está motivada por el deseo de respaldar la vocación noble y hermosa de los religiosos, de modo que el testimonio elocuente de la vida religiosa puede prosperar en la Iglesia en beneficio de las generaciones futuras.
Las iniciativas de la Santa Sede en este área atañen principalmente a la fe de la Iglesia y su expresión en la vida religiosa. La fe de la Iglesia –en el designio de amor del Padre, que envió a su Hijo para ser nuestro Salvador, en la inspiración de la Sagrada Escritura, en el don de la gracia a través de los sacramentos, en la naturaleza de la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo– es la fe que subyace en los Consejos Evangélicos. Motiva la pasión por la justicia, común a tantas mujeres y hombres religiosos, y busca siempre expresarse en la caridad activa hacia los más necesitados.
Los recientes comentarios de los medios de comunicación sobre las declaraciones efectuadas el domingo 5 de mayo, durante la Asamblea General de la Unión Internacional de Superiores Generales por el cardenal João Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, han hecho pensar en una divergencia entre la Congregación para la Doctrina de la Fe y la Congregación presidida por el cardenal Braz de Aviz en su enfoque de la renovación de la vida religiosa. Esta interpretación de las palabras del cardenal no está justificada. Los prefectos de ambas congregaciones trabajan en estrecha colaboración, en función de sus responsabilidades específicas, y han colaborado en todo el proceso de la evaluación doctrinal de la LCWR. El arzobispo Gerhard Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el cardenal Braz de Aviz se encontraron ayer y han reafirmado su compromiso común de cara a la renovación de la vida religiosa, y en particular a la evaluación doctrinal de la LCWR y el programa de reformas que requiere de acuerdo con los deseos del Santo Padre».