(Luis F. Pérez/InfoCatólica) - ¿Por qué una capilla de adoración eucarística perpetua en su parroquia?
Son más de treinta años de cura. Cada vez me doy más cuenta de que la parroquia y la vida cristiana se hacen ante el sagrario. Nos perdemos, me he perdido muchas veces, en hacer cosas y sacar adelante mil actividades, cuando la clave de todo está en el encuentro con Dios mismo.
La contemplación no te evade del mundo. Te hace estar en el mundo de una forma nueva. Cuando hay adoración ante el Señor la evangelización, la comunión, el servicio a los pobres se hacen más auténticos y más eficaces.
- ¿Ha conseguido ya cubrir todos los turnos?
En un 90 %. Los más complicados son los del mediodía de sábados y domingos. Curiosamente las noches y madrugadas se han cerrado sin demasiadas dificultades.
- De entre todos los fieles que se han ofrecido voluntarios para rezar ante el Santísimo, ¿hay alguno que le haya dado alguna razón que le haya conmovido especialmente?
Más que razones, que no siempre son fáciles de expresar, gestos. Los jóvenes de la parroquia que se han hecho cargo de una noche semanal, o que otra noche de adoración la vayan a compartir un voluntario de Cáritas y una de las personas que reciben alimentos. Quizá un gesto bonito sea el de dos hermanos que quieren rezar por la noche entre otras cosas porque su padre fue presidente de un grupo de adoración nocturna muchos años.
- El cardenal y arzobispo de Madrid será el encargado de inaugurar su capilla. ¿Qué le ha parecido su iniciativa?
Me consta que la ve con mucho agrado. Prueba de ello es que haya querido ser él quien personalmente presida la celebración.
- Cope, Alfa y Omega, Infomadrid, Infocatólica... ¿esperaba tanta repercusión mediática?
Sí y no. Supongo que una capilla de adoración perpetua es una noticia que puede impactar a mucha gente. Por otro lado que una parroquia se ponga en oración ante Jesús Sacramentado no debería ser noticia.
- ¿Qué les diría a los sacerdotes que estén pensando en hacer lo mismo en sus parroquias?
Que no tengan miedo. Que piensen los bienes espirituales que llegarán a la parroquia con la adoración. Una parroquia en la que cada semana doscientos, trescientos feligreses están una hora ante Jesús Sacramentado será una parroquia que dé frutos abundantes. Es verdad que asusta pensar en la tarea y que es normal que uno tiemble ante el gran don que se pide al Señor. Pero el Señor no falla. Lo he experimentado en estos días. Así que ánimo, a trabajar, a rezar y a pedírselo al Señor. Él hará el resto.