Monseñor Osoro toma posesión del Arzobispado de Valencia

"Jesús ejerce a través de mi ministerio el papel de maestro, pastor y sacerdote"

El nuevo arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, ha tomado posesión hoy del cargo en una misa solemne presidida por el Nuncio del Papa en España y en la que han participado más de 400 sacerdotes y 63 obispos, arzobispos y cardenales, así como cientos de feligreses que han querido arroparle en su llegada a Valencia. Monseñor Osoro agradeció al Papa Benedicto XVI, "porque al nombrarme vuestro arzobispo, nos hace ver cómo el Buen Pastor no abandona a su rebaño, sino que lo custodia y protege mediante mi ministerio, haciendo posible que se desarrolle de manera eminente y visible el papel de maestro, pastor y sacerdote".

El nuevo arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, hasta ahora arzobispo de Asturias, ha tomado posesión de su nueva diócesis esta mañana en la catedral metropolitana. En la celebración han estado presentes 63 obispos, arzobispos y cardenales, más de 400 sacerdotes y cientos de fieles. En valenciano y castellano, el ya arzobispo de Valencia, ha pronunciado la homilía en la que se ha referido especiamente a las familias, los niños y los jóvenes.

Monseñor Osoro ha agradecido la presencia de numerosos fieles de Cantabria, su lugar de nacimiento, y de diócesis de Orense y Asturias, en las que prestó anteriormente su servicio episcopal. A continuación, se ha dirigido en valenciano a los fieles presentes:

"Germans i germanes, fills molt estimats en Jesucrist, Nostre Senyor, vull que les meues primeres paraules com a Pastor vostre arriben als vostres oïts en la llengua que molts de vosaltres haveu escoltat als braços de les vostres mares. Al dirigir-me a vosatros així, ho faig amb la clara convicció i voluntat que el Senyor m’ha enviat a València per a ser pastor segons el cor de Crist i amb vosaltres anunciar-lo a tots el hòmens, i així mostrar, rescatar i reafirmar a Jesucrist que està en l’arrel de la vostra cultura i les vostres tradicions"

Ha resaltado que "deseo ser con vosotros pastor santo, porque a santificaros he venido y deseo junto con vosotros cumplir la misión que el Señor encomienda a la Iglesia". Recordó a sus predecesores arzobispos D. Marcelino Olaechea Loizaga, el siervo de Dios D. José Maria Garcia Lahiguera, D. Miguel Roca Cabanellas y D. Agustín Garcia-Gasco i Vicente.

Ya en castellano continuó su homilía, explicando que así como "el Señor Jesús eligió de entre sus discípulos a Doce para que estuvieran con Él", "acto de amor querido libremente por Jesús en unión profunda con el Padre y con el Espíritu Santo", la sucesión apostólica, "aquel don espiritual de los comienzos ha llegado hasta nosotros mediante la imposición de las manos, es decir, la consagración episcopal, que otorga la plenitud del sacramento del orden".

De este modo, continuó don Carlos Osoro, "doy gracias al Santo Padre el Papa Benedicto XVI, a quien de un modo especial Valencia se ha vinculado con su presencia entre nosotros con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias, porque al nombrarme vuestro arzobispo, nos hace ver cómo el Buen Pastor no abandona a su rebaño, sino que lo custodia y protege mediante mi ministerio y en virtud de la participación ontológica en su vida y su misión, haciendo posible que se desarrolle de manera eminente y visible el papel de maestro, pastor y sacerdote".

Osoro comentó el evangelio anunciado en la Eucaristía, declarando que "vengo en nombre de Jesucristo a quitar los miedos, a dar esperanza y a ser testigo de cómo hay que vivir en el amor", puesto que "Jesús no es un personaje del pasado. Él vive y, como ser viviente, camina delante de nosotros; nos llama a seguirlo a Él, el viviente, y a encontrar nosotros el camino de la vida".

Dirigiéndose a los sacerdotes, Mons. Osoro subrayó que "creemos no sólo porque aceptamos una doctrina, sino que creemos por habernos encontrado con Jesucristo muerto y resucitado", y les pidió ayuda para "entregar de primera mano esta experiencia que quita y elimina los miedos y da siempre esperanza", de modo que "siempre nuestros encuentros despierten la fe, la esperanza y el amor en los demás".

A los seminaristas les mostró la necesidad de la experiencia personal con Jesucristo crucificado y resucitado: "Os aseguro que sin esta experiencia personal y comunitaria, sin una íntima amistad con Jesús, la fe es superficial y estéril, la esperanza desaparece y el amor es inconstante. Eliminad los miedos. No busquéis seguridades más que en Cristo".

También tuvo palabras para los miembros de la Vida Consagrada presentes: "seguid dando un sí total a Jesucristo con el que aproximáis el cielo a la tierra" -dijo-, para solicitarles ayuda para el anuncio del Evangelio en Valencia, añadiéndo: "que cada día penetre más ese sí de Jesucristo en vuestra vida, de tal manera que regenere vuestra alma. Que vuestro yo esté en Él y así podáis decir con San Pablo: 'No vivo yo, es Cristo quien vive en mí'".

A todos los fieles laicos les manifestó su confianza, solicitándoles fidelidad y coherencia: "Comprometeos en la edificación de una sociedad justa, solidaria, fraterna. Sed mensajeros de la Buena Nueva de Jesús. Contribuid a la venida del Reino de Dios. Santificad el mundo e infundid el espíritu del Evangelio. Servid al bien común y conoced la doctrina social de la Iglesia. Afrontad la tareas diarias en los campos político, económico, social y cultural. Cuidemos los movimientos apostólicos y las nuevas comunidades surgidas en estos años como un don privilegiado del Espíritu Santo", "al servicio del único Cuerpo que es la Iglesia"

Antes de terminar, tuvo varios recuerdos especiales. El primero, para las familias cristianas: "Hagamos todo lo que favorezca a la familia: círculos familiares, catequesis familiares, enseñar la oración en familia, pues donde se hace oración juntos, está presente el Señor y está presente la fuerza que puede romper la esclerocardía, la dureza del corazón, que es el verdadero motivo del divorcio".

El segundo, para los niños: "tenemos el deber de acogeros como hijos que sois, no sólo de unos padres, sino también de Dios, que os ama por vosotros mismos y os llama a la filiación divina. Os ayudaré y estaré a vuestro lado para que la dimensión trascendente crezca cada día más en vuestro corazón". Finalmente, para los jóvenes: "Cuento con vosotros en el anuncio del Evangelio, como contó Jesús con San Juan e invoco para vosotros al Espíritu Santo, Espíritu de fortaleza y de testimonio, para que os haga capaces de proclamar el Evangelio sin temor hasta los confines de la tierra".

Mons. Osoro concluyó su homilía acogiéndose a la Patrona y a los Santos de Valencia, en valenciano y castellano: "Que la Mare de Déu dels Desamparats os enseñe a acoger la Palabra de Dios, a conservarla y a meditarla en vuestro corazón como lo hizo Ella durante toda su vida", "invoquem també al mateix temps la intercessió dels sants que ací sempre invoqueu: sant Vicent Màrtir, sant Vicent Ferrer, santo Tomás de Villanueva, sant Juan de Ribera, Sants i Santes de Déu, màrtirs del segle XX de València, pregueu per nosaltres ara i sempre. Amén".

Texto completo de la homilía
http://www.archivalencia.org/contenido.php?a=6&pad=6&modulo=37&id=2574

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