(Agencias/InfoCatólica*) Más de siete mil jóvenes de Madrid y de otras diócesis españolas recibieron después de la solemne celebración del Domingo de Ramos de manos de los jóvenes de Sidney la Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud y el Icono de la Virgen que siempre la acompaña.
Ayer fueron recibidos en el Aula Pablo VI por Benedicto XVI, quien les manifestó que está convencido de que la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Madrid en 2011, renovará la fe entre los millones de jóvenes que participarán en ella. En su saludo inicial el cardenal Rouco, tras agradecer “de corazón” la confianza para organizar la JMJ 2011, expresó al Papa que “estamos estamos dispuestos a portar esa Cruz que ha guiado a los jóvenes católicos por todos los caminos de la tierra en esa incesante peregrinación de fe, esperanza y amor a Jesucristo y a sus hermanos, los jóvenes del mundo”.
"La preparación de la Jornada Mundial de la Juventud, cuyos trabajos habéis comenzado con mucha ilusión y entrega, serán recompensados con el fruto que pretenden estas Jornadas: renovar y fortalecer la experiencia del encuentro con Cristo muerto y resucitado por nosotros", aseguró Benedicto XVI en el discurso que dirigió a los jóvenes en español.
Recordando el tema que ha escogido para la Jornada de Madrid, "arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe" (Col 2,7), el Papa aseguró que "la vida es un camino, ciertamente. Pero no es un camino incierto y sin destino fijo, sino que conduce a Cristo, meta de la vida humana y de la historia". "Por este camino llegaréis a encontraros con Aquel que, entregando su vida por amor, os abre las puertas de la vida eterna" -explicó-, añadiendo su invitación "a formaros en la fe que da sentido a vuestra vida y a fortalecer vuestras convicciones, para poder así permanecer firmes en las dificultades de cada día".
Refiriéndose a las JMJ, puso de relieve que "manifiestan el dinamismo de la Iglesia y su eterna juventud". En este contexto, señaló que "quien ama a Cristo, ama a la Iglesia con una misma pasión, pues ella nos permite vivir en una relación estrecha con el Señor". Por ello, Benedicto XVI instó a los jóvenes a cultivar iniciativas que les permitan sentirse "miembros de la Iglesia, en plena comunión con sus pastores y con el Sucesor de Pedro". "Orad en común, abriendo las puertas de vuestras parroquias, asociaciones y movimientos para que todos puedan sentirse en la Iglesia como en su propia casa, en la que son amados con el mismo amor de Dios", concluyó.
El Papa exhortó, además, a que, "en el camino hacia Cristo, sepáis atraer a vuestros jóvenes amigos, compañeros de estudio y de trabajo, para que también ellos lo conozcan y lo confiesen como Señor de sus vidas". "Los jóvenes de hoy necesitan descubrir la vida nueva que viene de Dios, saciarse de la verdad que tiene su fuente en Cristo muerto y resucitado y que la Iglesia ha recibido como un tesoro para todos los hombres", concluyó el Papa.