(RV) Reunidos en Cochabamba, en el Consejo Episcopal Permanente Ampliado - CEP, de la Conferencia Episcopal Boliviana, los obispos expresaron su “voz de alerta” por los hechos de violencia que se presentan en el país, “elevamos nuestra voz de alerta urgente ante la espiral de violencia que se va ampliando cada día más en distintas regiones del país y que amenazan arrastrar a todo el pueblo boliviano a situaciones irreparables de las que después solo tendremos que lamentar”.
En la nota del episcopado de Bolivia se pone de relieve que el país vive un proceso social y político de necesarios cambios que deben concretarse en una definitiva inclusión de los sectores hasta ahora marginados en una vida más plena y digna para todos. Se debe hacer un esfuerzo conjunto para superar la pobreza atendiendo los problemas de la gente más necesitada. Sin embargo, “estos cambios deben ser fruto de un consenso amplio, diálogo y concertación permanentes; de ninguna manera resultado de imposiciones o de la fuerza”. (Para que el pueblo tenga vida N° 7).
Sin embargo Bolivia está amenazada hoy por crecientes niveles de confrontación y violencia entre hermanos que, bajo actitudes y consignas de intolerancia, odio, xenofobia y racismo, tratan de imponer su visión del país. La agresión física o verbal, la toma o destrozo de instituciones públicas y privadas, el bloqueo y la instrumentalización de grupos o movimientos sociales expresan la descalificación y pérdida de respeto de los interlocutores, la ausencia de argumentos racionales y la incapacidad de liderar salidas de consenso duraderas. La adhesión ciega a finalidades e ideologías, daña la propia causa y genera dolor que será lamentablemente pagado por nuestra sociedad y, en especial, por los más pobres.
Los obispos señalan que una inmensa mayoría de los bolivianos dice sí a la vida y rechaza el recurso a la violencia. Confía y pide que las soluciones de los problemas se encuentren de forma pacífica y en base a acuerdos, ya que los medios son tan importantes como los fines. Deben existir puntos de referencia mínima en las instituciones y organizaciones ciudadanas para que una sociedad pueda funcionar de manera coherente y viable. No es tarde para que todos los bolivianos y, particularmente, los que detentan autoridad, funciones de liderazgo y decisión, actúen con racionalidad y sensatez. “Es urgente, en el actuar político y social y en todos los ámbitos de la convivencia civil, restablecer el estado de derecho, promover la cultura de la legalidad y potenciar un aparato estatal democrático al servicio del bien común...” (Para que el pueblo tenga vida N° 67)
“El futuro que construyamos juntos –prosiguen los prelados- debe permitir una convivencia armónica de todos los bolivianos, donde la participación y las oportunidades de realización individual y colectiva sean cada vez más justas, generando bienestar con justicia social”.
“En el nombre de Dios –piden- que cese la violencia y entre todos, autoridades y pueblo, seamos capaces de encaminar a nuestra patria por el camino de la construcción integral, fundado en los valores de la justicia, verdad, libertad y solidaridad. Lo hacemos desde la esperanza cristiana que confía en el ser humano, que, creado a imagen y semejanza de Dios y redimido por Jesucristo, tiene la capacidad de vencer al mal”. De ahí esta Jornada Nacional de Oración por la Paz el viernes 19 de septiembre, a la que desde esta emisora les invitamos a que se unan.