(InfoCatólica*) El centro religioso de la Villa Olímpica ha sido objeto de protestas por parte de atletas y entrenadores que aseguran que los servicios prometidos por los organizadores chinos no se están cumpliendo.
Las autoridades chinas habían asegurado que serían bienvenidos los capellanes extranjeros pero finalmente les han prohibido vivir con los atletas. En vez de eso, han pretendido sustituirles por sacerdotes, pastores e incluso imanes a sueldo del estado chino.
Josh McAdams, atleta norteamericano que correr los 3000 metros obstáculos, denunció que los miembros del equipo olímpico de los Estados Unidos están bastante disgustados con el centro, ya que los servicios religiosos son ofrecidos en un inglés deficiente y los "empleados" no tienen experiencia en el trato con deportistas y extranjeros. "Deberían permitir capellanes -al menos uno de cada país- en la Villa Olímpica. Esto es importante porque para muchos de nosotros, aun siendo deportistas, lo más importante no es sólo el estado físico y mental, sino también el espiritual", declaró McAdams.
La mala calidad de los servicios religiosos en la Villa Olímpica se puso especialmente de manifiesto tras el asesinato en Pekín de Todd Bacham, suegro del entrenador del equipo olímpico de voleibol de los EEUU. La delegación estadounidense tuvo que luchar denodadamente para conseguir el permiso oficial de entrada de un capellán evangélico, que hablara inglés de forma fluida, dentro de la Villa.
Diversas asociaciones en favor de los derechos humanos aseguran que esto es una muestra más del nulo efecto que las Olimpiadas están causando en el régimen chino a la hora de que se produzca una apertura a favor de dichos derechos. Phalim Kine, de Human Rights Watch, ha acusado al Comité Olímpico Internacional de complicidad con la dictadura comunista y ha recordado que en las Olimpiadas de Atenas hubo más de cien religiosos de diferentes países conviviendo y asesorando a los deportistas en la Villa Olímpica.