(Zenit) Veinticuatro jóvenes recibirán la confirmación de manos de Benedicto XVI durante la celebración final de la Jornada Mundial de la Juventud, el 20 de julio próximo en Sydney.
Según informó ayer el diario vaticano “L’Osservatore Romano”, los organizadores han revelado que el Papa administrará el sacramento de la confirmación a catorce australianos y a diez coetáneos procedentes de diversos países del mundo, durante la misa dominical en el Hipódromo de Randwick con la que finalizará la XXIII JMJ. Los candidatos del país anfitrión tienen entre 16 y 43 años.
Proceden de los cinco continentes también los doce jóvenes que comerán con Benedicto XVI el viernes 18 de julio, en la casa aneja a la catedral de Santa María: dos representantes por cada continente, más un joven de Papúa-Nueva Guinea y otro de Nueva Zelanda. Los dos australianos elegidos son Teresa Wilson, voluntaria de la Sociedad de San Vicente de Paúl y Craigh Ashby, estudiante universitario aborigen de la nación de los Gamilaroi.
El pasado 1 de julio, a un año exacto de su llegada a Australia, los símbolos de la JMJ, la Cruz y el Icono Mariano, junto al Bastón de Mensajes aborigen, llegaron a Sydney para la peregrinación final de 15 días en la región eclesiástica que albergará la reunión mundial. Wollongong, Parramatta, Broken Bay serán las diócesis por las que pasarán antes de volver al muelle de Barangaroo para la misa de apertura.
En este inmenso país, la cruz y el icono mariano han visitado cuatrocientas comunidades y se han encontrado con 400.000 personas.
Mientras tanto, está surgiendo una pequeña ciudad en Barangaroo, en Darling Harbour Est, en lo que será dentro de unos días el sitio más animado de la JMJ 2008. Cien obreros trabajan cada día para que todo esté listo a tiempo.
“El área podrá albergar hasta 150.000 jóvenes a la vez –explicó el obispo Anthony Fisher, auxiliar de Sydney y coordinador de la JMJ 2008--. En este lugar espectacular será acogido Benedicto XVI a su llegada, y jóvenes de todo el mundo se encontrarán durante una semana para participar en muchos de los actos del programa”.
Las 22 hectáreas de terreno a orillas de la bahía albergarán la misa de apertura de la JMJ, presidida por el cardenal George Pell el martes 15 de julio, la ceremonia de bienvenida a Benedicto XVI el jueves 17, las últimas seis estaciones del Vía Crucis del viernes 18, y numerosas actuaciones del Festival de la Juventud en los dos escenarios principales.
En el lugar se han preparado 45 áreas para los peregrinos, 1.200 aseos químicos, 25 puntos de distribución de comida, otros tantos faros, seis maxipantallas, una tribuna para los medios con 300 asientos y siete cabinas de traducción simultánea, quioscos de productos oficiales y un área para minusválidos. Todo dominado por un presbiterio de cuatro metros de altura que incluye el altar papal.
La mini-ciudad de Barangaroo, como ha sido rebautizada, se extiende de norte a sur, a lo largo de Hickson Road. Los espacios han sido ofrecidos por el gobierno de Nueva Gales del Sur y luego se reconvertirán en área comercial, residencial y recreativa. “Estamos orgullosos de acoger al Papa y a la juventud del mundo en un lugar de tan gran efecto escénico –declaró Kristina Keneally, portavoz para la JMJ del primer ministro de Nueva Gales del Sur, Morris Iemma--. Barangaroo es la única área, a orillas de la bahía, capaz de acoger hasta 150.000 personas a la vez y ha sido elegida según la capacidad, la disponibilidad y la fantástica ubicación que pone de relieve la espectacular bahía de Sydney”.
Aquí, el Papa será acogido por jóvenes aborígenes en la tarde del 17 de julio, tras recorrer en barco, proveniente del muelle de Rose Bay, un itinerario de 45 minutos sobre las aguas de la bahía de Sydney.
Por otro lado, las obras siguen también en el Hipódromo de Randwick, sede de las celebraciones finales, donde ya ha sido alzado el gran techo del altar papal.
Y, para no llegar sin preparar a la cita, estudiantes de instituto voluntarios están confeccionando 275.000 mochilas del peregrino. 2.500 alumnos de escuelas católicas están empeñados desde junio en lo que se está demostrando un perfecto ejemplo de colaboración entre escuelas, parroquias y comunidades eclesiales para el éxito del evento. Ya hay 250.000 mochilas preparadas con libros, bolígrafo, pañuelo, pasaporte del peregrino que permite comprar en el aeropuerto, rosario, poncho, botella de agua, antorcha y manta términa.
La movilización para el evento ha hecho necesarios además 36 vuelos más para el mes de julio. Las autoridades aeroportuarias han confirmado las reservas de 35 nuevos vuelos y un avión privado para llevar pasajeros a Sydney. “La ciudad –dijo el director ejecutivo de la JMJ, Danny Casey- se despertará dentro de pocos días con 125.000 jóvenes provenientes de más de 170 países, que vendrán a celebrar su fe junto con 100.000 coetáneos australianos”.