(Luis F. Pérez/InfoCatólica*) Dos predicadores evangélicos fueron detenidos en Birminghan por repartir folletos con versículos bíblicos. Un policía miembro de la comunidad islámica les advirtió de que no podían predicar la Biblia en "zona musulmana" pues el intento de convertir a los musulmanes al cristianismo es un "crimen odioso". El gendarme les advirtió: "Quedáis advertidos. Si volvéis y sois linchados, no podréis decir que no se os ha advertido".
El incidente surge en medio de una agria polémica sobre la intolerancia hacia los no musulmanes que tiene lugar en los barrios y zonas de mayoría musulmana de las ciudades británicas.
Los predicadores Arthur Cunningham y Joseph Abraham, de nacionalidad estadounidense, han demandado al menos una disculpa por parte de la Policía de West Midlands. Aseguraron que el tratamiento que recibieron es contrario a la Declaración de los Derechos Humanos, que garantiza la libertad religiosa. En caso de no recibir una disculpa, llevarán su denuncia ante los tribunales pues, según declararon, "es indignante que en un país libre un agente de la autoridad pueda decir que predicar el evangelio es un crimen".