(Fides) Lo afirma una nota enviada a la Agencia Fides por la organización no gubernamental aconfesional «Minority Rights Group» (MRG), con sede en Londres, que cada año publica un informe detallado sobre la condición de las minorías étnicas, culturales, religiosas, en todo el mundo.
Después de una amplia investigación realizada entre los campos de refugiados en Siria, Líbano, Turquía, Jordania y las conversaciones con refugiados sirios llegados a Europa, la organización denuncia, en particular, la situación de los refugiados de la religión cristiana, dando voz «a una minoría silenciosa que cuenta historias terribles de violaciones, secuestros y trata de seres humanos».
Según lo informado a la Agencia Fides, la mayoría de los refugiados con los que ha hablado la ONG «Minority Rights Group» expresa el deseo de dejar Oriente Medio y sostiene que, para poder realizar ese proyecto, tuvo que entrar en contacto con las bandas de traficantes de personas. «Existe un próspero negocio multi-milionario, que se ha desarrollado en torno a la crisis de refugiados en Siria», señala la ONG, contando algunos casos concretos y el comercio aplicado por los contrabandistas. Un refugiado ha podido «comprar un pasaporte sueco por 7.000 dólares», mientras que en el Líbano está organizando una «mafia de visados falsos y sellos falsos», que las organizaciones ilícitas proporcionan a los refugiados para que puedan continuar su viaje hacia Europa.
Además, en algunas partes de Siria - han narrado las historias de los refugiados que huyeron de Mesopotamia - «un cristiano no puede señalar crímenes o injusticias. Somos rehenes del crecimiento del islamismo militante, y ser cristiano es suficiente para ser un blanco». Refugiados cristianos asirios y sirios hablan de la violencia de carácter confesional que sufren los cristianos en Deir Ezzor o Hassake, en Mesopotamia, después de la llegada de las bandas de rebeldes, recordando asesinatos a sangre fría, secuestros y violación de mujeres cristianas. «¿Quieren vaciar de cristianos Siria?» Se preguntan.
Algunos sacerdotes de la comunidad cristiana asiria expresan su «grave preocupación por el futuro de los cristianos en Siria, ya que muchos prefieren emigrar para escapar de la violencia. Su Beatitud Ignatius Zakka I Iwas, Patriarca de la Iglesia Siro-Ortodoxa dice: «No queremos que dejen el país, pero lo importante es que ellos puedan vivir en paz y que Dios esté con ellos, hagan lo que hagan y estén donde estén»