(María Valerio/El Mundo) A instancias de las autoridades francesas, la EMA revisará los datos disponibles sobre los anticonceptivos de tercera y cuarta generación (cuyos principios activos son desogestrel, gestodeno o drospirenona); y que sólo en Francia consumen 2,5 millones de mujeres. La UE insiste en que no hay ninguna razón para que las mujeres dejen de tomar sus anticonceptivos, aunque señala que pueden consultar con su médico si tienen cualquier duda o temor.
Francia ha iniciado este movimiento a raíz de varias demandas presentadas por usuarias de estas píldoras (muy conocidas por nombres comerciales como Yasmin o Cerazet), que consideran que los accidentes vasculares que han sufrido son consecuencia de esta medicación.
El caso lo destapó el diario 'Le Figaro' y las autoridades se han visto obligadas a anunciar una revisión completa de Diane y otros fármacos genéricos similares. De hecho, el país galo ha tomado en las últimas semanas algunas medidas para tratar de reducir las dispensaciones de estas píldoras de última generación, aunque no puede retirarlas del mercado por estar autorizadas a nivel comunitario.
Las autoridades galas han reconocido que en los últimos 25 años se han registrado cuatro muertes por trombosis venosa ligadas a Diane; a las que habría que sumar otros 125 casos de "efectos no deseados del fármaco", que sólo en aquel país toman unas 315.000 mujeres.