(EP) El cardenal Glemp, hijo de un minero que participó en la insurrección polaca de 1918 y 1919, se vio obligado a trabajar en una granja alemana durante la ocupación nazi y tras la Segunda Guerra Mundial comenzó sus estudios religiosos, con los que continuó en Roma hasta 1964.
Al lado del cardenal Wyszynski, se convirtió en obispo de Warmia y arzobispo de Varsovia y, a su muerte, ocupó su lugar como primado de Polonia, por decisión del Papa Juan Pablo II, originario del país europeo, que después ratificó el Papa Benedicto XVI.
Entre 1981 y 2004, fue presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia, 23 años en los que asumió el papel de Wyszynski, buscando el punto de equilibrio entre la Iglesia Católica y las autoridades políticas.
Glemp presentó su renuncia al Papa en 2004, después de haber sufrido numerosos problemas de salud y de que le diagnosticaran un cáncer de pulmón, según ha informado la cadena británica BBC.