(Agencias) El Santo Padre centró su reflexión en el pasaje bíblico de las «bodas de Caná» y en la relación de Jesucristo con la Iglesia, con la «selló una alianza».
El Papa recordó que la Iglesia, formada por seres humanos, siempre necesita de purificación.
«Una de las culpas más graves que desfiguran el rostro de la Iglesia es aquella contra su unidad visible, en particular las históricas divisiones que han separado a los cristianos y que no han sido aún superadas del todo», añadió.