Pfeiffer recibió en 2010 el encargo de la Conferencia Episcopal de esclarecer los casos abusos sexuales a menores revelados en prácticamente todas las diócesis alemanes durante décadas.
La Iglesia se comprometió así a llegar al fondo de la cuestión, para lo que puso al frente de la investigación al equipo de expertos independientes de Pfeiffer.
El pasado martes, sin embargo, la propia Conferencia dio por cancelado el acuerdo, al tiempo que anunciaba que el trabajo sería delegado en otro equipo.
La Iglesia reaccionó así a las acusaciones lanzadas el día anterior por el propio Pfeiffer al diario muniqués "Süddeutsche Zeitung", a lo que siguieron otras intervenciones en la televisión pública hablando de intentos de censurar su trabajo.
Fuentes de la Conferencia Episcopal rechazaron estas acusaciones y aseguraron que no se pretendía ocultar las conclusiones de los trabajos, sino preservar la divulgación de datos personales, lo que afecta tanto a víctimas como a presuntos abusadores.
El equipo de Pfeiffer ha sustentado su trabajo en actas recabadas desde 1945 y conservadas en archivos eclesiásticos de diversas diócesis e instituciones católicas.
Ello les permitió el acceso a datos y material almacenados en los archivos eclesiásticos, lo que desde el principio topó con las protestas de las diócesis más conservadoras.
La cancelación del contrato por parte de la Conferencia, entre acusaciones de censura, ha causado gran revuelo en Alemania.
La ministra de Justicia, Sabine Leutheussen-Schnarrenberger, defendió la profesionalidad de Pfeiffer, mientras que diversas organizaciones católicas de base y laicas lamentaron la decisión de la Conferencia Episcopal, por frenar el esclarecimiento de esos casos.
(Efe) Pfeiffer recibió en 2010 el encargo de la Conferencia Episcopal de esclarecer los casos de abusos sexuales a menores revelados en prácticamente todas las diócesis alemanes durante décadas.
La Iglesia se comprometió así a llegar al fondo de la cuestión, para lo que puso al frente de la investigación al equipo de expertos independientes de Pfeiffer.
El pasado martes, sin embargo, la propia Conferencia dio por cancelado el acuerdo, al tiempo que anunciaba que el trabajo sería delegado en otro equipo.
La Iglesia reaccionó así a las acusaciones lanzadas el día anterior por el propio Pfeiffer al diario muniqués "Süddeutsche Zeitung", a lo que siguieron otras intervenciones en la televisión pública hablando de intentos de censurar su trabajo.
Fuentes de la Conferencia Episcopal rechazaron estas acusaciones y aseguraron que no se pretendía ocultar las conclusiones de los trabajos, sino preservar la divulgación de datos personales, lo que afecta tanto a víctimas como a presuntos abusadores.
El equipo de Pfeiffer ha sustentado su trabajo en actas recabadas desde 1945 y conservadas en archivos eclesiásticos de diversas diócesis e instituciones católicas.
Ello les permitió el acceso a datos y material almacenados en los archivos eclesiásticos, lo que desde el principio topó con las protestas de algunas diócesis.
La cancelación del contrato por parte de la Conferencia, entre acusaciones de censura, ha causado gran revuelo en Alemania. La ministra de Justicia, Sabine Leutheussen-Schnarrenberger, defendió la profesionalidad de Pfeiffer.