(Efe) La nueva ley, que ha desatado una tormenta política y religiosa en el Reino Unido, legalizará los casamientos gays, si bien ofrecerá a las diferentes religiones la prerrogativa de negarse a oficiarlos.
Así, las religiones y templos religiosos que sí acepten casar a homosexuales, tendrán que solicitarlo expresamente, como garantía para preservar la libertad de credo.
Sin embargo, en el caso de la Iglesia de Inglaterra -la oficial de este país, que expresó gran oposición a la iniciativa-, estará expresamente «prohibido» que acoja bodas entre parejas del mismo sexo, al mantenerse vigente una ley canónica que define el matrimonio solo entre «un hombre y una mujer».
Los musulmanes consideran que esta «prohibición expresa» para los anglicanos supone una discriminación respecto al resto de religiones que, como la suya, se oponen tajantemente a las bodas gays.
En declaraciones recogidas por la agencia local PA, Murad dijo que «nadie en su sano juicio debe aceptar una ley tan discriminatoria».
El líder del MCB, que supervisa medio centenar de escuelas y mezquitas en el país, adelantó que solicitará una reunión con la ministra de Cultura, Maria Miller, para pedirle que «la legislación sea enmendada para ofrecer exactamente la misma exención a todas las religiones».