(OMP / Infancia Misionera) Un año más, la obra Misional Pontificia de la Infancia Misionera invita a todos los niños y niñas a vivir una “Navidad Misionera” siendo Sembradores de Estrellas. Como los misioneros, los niños pregonan el anuncio navideño a los hombres y mujeres de nuestras calles.
Lo hacen desde la alegría que brota de la fe y desde la gratuidad, porque no pedirán nada a cambio: solo la sonrisa que llevarán en sus semblantes.
–¿Por qué nace Sembradores de Estrellas hace más de 30 años?
En primer lugar queríamos enseñar a la gente, y enseñarnos a nosotros, que en esta vida vale la pena dar algo a cambio de nada. No queríamos salir a la calle a ganarnos la propina de nadie; salíamos a decir a la gente que nos alegraba poderles regalar ese don chiquitito y brillante que era nuestra estrella. Los misioneros son así ¿no? Son gente que va a darlo todo sin tener en cuenta lo que va a recibir. Pues nosotros como ellos.
La otra razón era también muy misionera: si en el DOMUND habíamos salido a las calles para pedir a los peatones su ayuda para las misiones, en Navidad salíamos para agradecer en nombre de los misioneros la aportación que entonces les entregaron.
–Los comienzos
Entonces se daba mucha menos propaganda en las calles y había bastantes recaudaciones diversas para obras de tipo asistencial. Cualquiera que nos veía avanzar pensaba, no sin razón, que le íbamos a pedir dinero, que le íbamos a “saquear”. ¡Qué va! Daba gusto, por ejemplo, pensar que en todas las otras entradas de las estaciones de metro estaban, como nosotros, unos amigos que repartían sus estrellas y que copábamos Madrid.
Después de eso vino el encontrarnos en algunas plazas juntos, los que habíamos estado repartidos por la ciudad; y de ahí pasamos a celebrar una fiesta en algunas plazas de ciudades de España. En Madrid lo hacíamos en la Puerta del Sol. Globos, bailes, escenificaciones de Navidad y fiesta misionera en toda regla. A varios alcaldes les gustó, sin duda aquello, porque nos visitaron, nos acompañaron y nos animaron con sus palabras.
–¿Y hoy?
Pues hoy sigue todo eso con la riqueza añadida de la experiencia. Hoy resulta que reciben nuestras estrellas personas que las repartieron cuando eran más jóvenes. Hoy este reparto lo conocen muchos y no hay que explicar tanto. Pasan de 10 millones las estrellas que imprimimos.
–¿Cómo lo hacemos?
Se trata de poner a los transeúntes una pequeña pegatina en forma de estrella para compartir la alegría navideña y recordar a todos la Buena Noticia: el nacimiento de Jesús.
Con este gesto, también deseamos felicidad en nombre de los misioneros y misioneras que, por amor a Cristo y a la humanidad, lo dejan todo y parten a otras tierras para llevar el mensaje de Jesús.
–¿Por qué lo hacemos?
La idea que llevó a la calle a los Sembradores de Estrellas fue agradecer su apoyo a las personas que, en el Domund y en otras fechas, rezan y colaboran con los misioneros. Igual que en ocasiones pedimos por las calles para ayudar a los misioneros en su labor, ahora salimos a regalar en su nombre estas estrellas.
De esta forma aprendemos y enseñamos, tanto a los niños como a los mayores, que en esta vida se puede dar algo a cambio de nada. “Queremos ser gratuitos”; por eso, los sembradores de estrellas no admiten aguinaldos. “Déjeme que le regale una estrella; feliz Navidad” es una de las frases con las que ponen la pegatina en el abrigo a las personas que encuentran. Queremos lograr:
- Que los niños se sientan misioneros y llamados a serlo.
- Que ellos mismos transmitan la alegría de la Navidad en nombre de los misioneros repartidos por el mundo, difundiendo, al igual que ellos, la Buena Noticia.
- Que el anuncio de la Navidad y su esperanza inunde nuestras calles y llegue a todos.
–¿Cómo participar?
Los niños pueden preguntar en su colegio o parroquia, también en su Delegación de Misiones, cómo hay que hacer para disponer de esas estrellas y cómo prepararse bien para “sembrarlas” por las calles.