Recordando la nota del Comité Ejecutivo del Episcopado del pasado 8 de noviembre, Rouco insistió que la llamada ley de matrimonio homosexual es «gravemente injusta» porque «no reconoce netamente la institución del matrimonio en su especificidad» y «no protege el derecho de los contrayentes a ser reconocidos en el ordenamiento jurídico como ‘esposo’ y ‘esposa’, ni garantiza el derecho de los niños a disfrutar de un padre y de una madre en el seno de una familia estable».
La crisis económica «que no parece tocar fondo» también ocupó gran parte del mensaje que el cardenal dirigió este lunes a los obispos reunidos desde hoy y hasta el viernes en Madrid. Al respecto, recordó algunos párrafos de la polémica nota de la Comisión Permanente, titulada «Ante la crisis solidaridad», que durante su votación obtuvo la abstención de algunos de los obispos catalanes que forman parte de dicho organismo. Parafraseando aquella nota, Rouco pidió que ante la «crisis global y extensiva» se «preserve el bien de la unidad, al mismo tiempo que el de la rica diversidad de los pueblos de España», «que los costes no recaigan sobre los más débiles» y «se busquen con urgencia soluciones que permitan a las familias desahuciadas –igual que se ha hecho con otras instituciones sociales-hacer frente a las deudas sin tener que verse en la calle».
El cardenal había comenzado precisamente su discurso haciendo un llamamiento a la unidad de los obispos al cumplirse este lunes la Asamblea Plenaria número cien. «Cada vez es más apremiante que ejerzamos nuestro ministerio en estrecha colaboración unos con otros, estudiando juntos los problemas comunes, que a todos nos afectan, y buscando vías conjuntas de solución para ellos», afirmó.
(Efe) Recordando la nota del Comité Ejecutivo del Episcopado del pasado 8 de noviembre, Rouco insistió que la llamada ley de matrimonio homosexual es «gravemente injusta» porque «no reconoce netamente la institución del matrimonio en su especificidad» y «no protege el derecho de los contrayentes a ser reconocidos en el ordenamiento jurídico como ‘esposo’ y ‘esposa’, ni garantiza el derecho de los niños a disfrutar de un padre y de una madre en el seno de una familia estable».
La crisis económica «que no parece tocar fondo» también ocupó gran parte del mensaje que el cardenal dirigió este lunes a los obispos reunidos desde hoy y hasta el viernes en Madrid. Al respecto, recordó algunos párrafos de la nota de la Comisión Permanente, titulada «Ante la crisis solidaridad». Parafraseando aquella nota, Rouco pidió que ante la «crisis global y extensiva» se «preserve el bien de la unidad, al mismo tiempo que el de la rica diversidad de los pueblos de España», «que los costes no recaigan sobre los más débiles» y «se busquen con urgencia soluciones que permitan a las familias desahuciadas –igual que se ha hecho con otras instituciones sociales- hacer frente a las deudas sin tener que verse en la calle».
El cardenal había comenzado precisamente su discurso haciendo un llamamiento a la unidad de los obispos al cumplirse este lunes la Asamblea Plenaria número cien. «Cada vez es más apremiante que ejerzamos nuestro ministerio en estrecha colaboración unos con otros, estudiando juntos los problemas comunes, que a todos nos afectan, y buscando vías conjuntas de solución para ellos», afirmó.