(Vatican Insider)
Brasil ha sido, durante años, uno de los centros neurálgicos de la Teología de la Liberación latinoamericana. Cuna de personajes como Leonardo Boff, ex religioso franciscano contestatario y ecologista, ideólogo de esa corriente de pensamiento de inspiración marxista. Pero el catolicismo brasileño es más que “liberacionistas” y “comunidades eclesiales de base”, es también germen de movimientos de profunda fidelidad al Papa. Uno de ellos, los Heraldos del Evangelio, llevará a su país nada menos que la teología de Joseph Ratzinger.
“Qué hace que el hombre sea hombre”, es el título del segundo congreso internacional organizado por la fundación vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI. El primero tuvo lugar en Bydgoszcz, Polonia, a finales de 2011. Los días 8 y 9 de noviembre próximos la Universidad Católica de Río de Janeiro recibirá a representantes de más de 90 casas de estudio para debatir sobre el pensamiento del actual Papa.
El encuentro pone sobre la mesa un asunto pendiente para América Latina. ¿Dónde están los grandes pensadores católicos de esa región?, ¿existe una teología autóctona más allá de los liberacionistas, promotores de una Iglesia “popular”, de base, crítica y generalmente en ruptura con la Santa Sede?
Cuestionamientos más vigentes que nunca cuando los teólogos de la liberación acaban de tener un encuentro continental del 7 al 11 de octubre en Sao Leopoldo, Brasil. Mientras ellos convocaron a unas 700 personas, parece que los intelectuales latinoamericanos de alto nivel y colocados en línea con la auténtica doctrina católica brillan por su ausencia. Salvo honrosas excepciones.
“La teología de la liberación parecía una gran teología, pero después quedó en claro que no ofrece una perspectiva, no da la alegría. En esta reflexión sobre cómo ir para adelante existe el peligro de retornar al pasado, o la tentación de no querer realizar más teología”, dijo al Vatican Insider Giuseppe Scotti, presidente de la Fundación Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, refiriéndose a los derroteros teológicos latinoamericanos.
Y aunque reconoció que todavía no se ha identificado a un intelectual de esas latitudes que sea merecedor de recibir el Premio Ratzinger, también llamado “Nobel de teología”, Scotti insistió que “América Latina tiene más posibilidades de lo que se pudiese creer”.
“Nosotros, hoy por hoy, no identificamos personas específicas para el premio. Pero hemos visto profesores muy activos y culturalmente preparados, capaces de no perder el vínculo con Roma en el sentido bello y bueno de la fe, pero con declinación local”, sostuvo. Y advirtió: “La teología no puede ser eurocentrista. El hombre aprende a hablar de Dios no sólo en su idioma, también en su contexto cultural, humano, social, con todas las alegrías y dolores”.
Por lo pronto el pensamiento Ratzinger desembarcará en la tierra de Boff. No el pensamiento del Papa sino del teólogo, aquel que 50 años atrás –durante el Concilio Vaticano II- era tachado de progresista y hoy es profundamente “aperturista”. Al menos para Giuseppe Scotti, quien no tiene dudas: “El mundo moderno percibe a este hombre como culturalmente provocador”.
Serafines susurran.- Que el ex mayordomo de Benedicto XVI, Paolo Gabriele, rechazó sistemáticamente durante más de seis años que su computadora de servicio en la Santa Sede fuese revisada, controlada y hasta sustituída, aunque era evidentemente obsoleta. Este y otros detalles surgieron ayer lunes durante la primera audiencia del juicio a Claudio Sciarpelleti, informático de la Secretaría de Estado del Vaticano, por el delito de “favorecimiento”, algo así como encubrimiento u obstrucción a la justicia.
Un dato más que deja en claro el perfil realmente inquietante de este personaje, quien durante años fue uno de los colaboradores más estrechos del mismo Papa. Durante la auiencia, en el edificio del tribunal vaticano ubicado justo detrás de la Basílica de San Pedro, se pudo ver a Gabriele por primera vez desde que comenzó a pagar su pena de 18 meses de cárcel el 25 de octubre pasado. Su aspecto era “normal”, bien afeitado, pelo corto y traje gris. Estaba llamado a prestar testimonio pero la sesión se ocupó para los procedimientos jurídicos preliminares.
Será hasta el próximo sábado 10 de noviembre cuando Paolo Gabriele y Claudio Sciarpelletti se vean las caras, den sus versiones de los hechos. Y se podrá saber algo más sobre la red de relaciones que cultivó por años el “cuervo”, ladrón y filtrador de documentos confidenciales vestido de mayordomo. (Una crónica detallada de la primera audiencia del juicio al informático se puede leer aquí).
Querubines replican.- Que, como hemos señalado en este espacio, ya se barajan algunos nombres de personajes que bien podrían representar a México en Roma ocupando el puesto de embajador ante la Santa Sede durante el próximo gobierno. Una posición que el futuro presidente Enrique Peña Nieto considera clave. Tómelo con prudencia pero quienes conocen de estos temas aseguran que un candidato fuerte es Jaime del Arenal Fenoccio.
Se trata de un historiador reconocido y un antigüo profesor de Peña cuando este estudiaba en la Universidad Panamericana (UP), casa de estudios del Opus Dei en México. Actualmente es agregado cultural de la embajada mexicana en Madrid. Justamente en la capital española estuvo el próximo mandatario algunas semanas atrás y, en esa oportunidad, ambos aprovecharon la oportunidad para dialogar en privado.