(Agencias) Maxim ha sido el patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Bulgaria desde 1971, más de cuatro décadas en las que ha guiado a sus fieles a través del régimen comunista primero y de la democracia después.
En 1989, con el fin del régimen comunista, un grupo de clérigos se escindió del Santo Sínodo, cuestionando la legitimidad de Maxim para permanecer en el cargo, ya que fue nombrado por el dictador Todor Zhivkov, y acusándole de colaborar con su Gobierno.
La Iglesia Ortodoxa búlgara se unificó diez años después bajo el liderazgo de Maxim que, pese a su gran influencia, ha mantenido un perfil público bajo.
Ahora, el Santo Sínodo, formado por trece clérigos, elegirá a un patriarca interino que asumirá las riendas de la Iglesia Ortodoxa búlgara hasta que el Consejo Eclesiástico se reúna y designe al sucesor de Maxim, en los próximos cuatro meses.