(InfoCatólica) La joven denunció la violación antes de darse cuenta que estaba embarazada. Una vez que comprobó que estaba en estado, fue con su madre a que le practicaran el aborto en un centro hospitalario de Lublin, su localidad natal. Los responsables del mismo le pusieron pegas ante lo cual decidieron ir a otro hospital cercano, donde los médicos intentaron convencerla de que no matar al ser humano inocente que crecía dentro de ella. El jefe de ginecología del segundo hospital se negó finalmente a practicar el aborto por motivos de conciencia.
La joven y su madre se dirigieron entonces a un hospital de Varsovia, capital de la nación polaca, donde le aseguraron que le practicarían el aborto pero antes debería permanecer ingresada tres días. Tras recibir presiones para no abortar, decidió abandonar ese hospital.
Finalmente la chica accedió a un aborto clandestino, en un hospital ubicado en la ciudad de Gdansk, a cientos de kilómetros de su casa.
El Tribunal de Derechos Humanos ha decretaro que Polonia deberá pagar a la adolescente 30.000 euros por daños morales y otros 15.000 a su madre, además de asumir las costas del proceso judicial.