(Luis F. Pérez/InfoCatólica) El cardenal señaló en su homilía, interrumpida varias veces por los aplausos de los fieles, que «la fe nos reclama a todos que nos portemos como personas, el hombre como hombre, la mujer como mujer. Dios ha querido establecer de un modo divino y humano que la relación del matrimonio es de un hombre con una mujer para toda la vida. Esta es la fe que se hace vida»,
Además aseguró que «hay momentos en que nos duele el corazón porque vemos que ha entrado en el mundo una oscuridad y nos duele porque queremos tanto a esos niños, hogares y familias, a ese matrimonio; y todo eso, hermanos, es la fe, es ese Dios que nos hace saber quién es él, cómo actúa, cuáles son sus planes; ¡Qué grande es el Señor de los Milagros, no acabamos de entenderlo bien!».
El purpurado explicó que «cada uno en ese diálogo personal le presenta al Señor de los Milagros sus necesidades, sus alegrías, su agradecimiento. Y hoy, de manera especial, yo te presento, Señor, el Año de la Fe, ese camino que el Santo Padre ha inaugurado, un año dedicado a la fe para creer más en ti y para que esa fe se convierta en vida real en mi casa y en mi trabajo».
«Hermanos», dijo el pastor peruano, «la fe es un don de Dios, un don de amor, Dios se ha hecho tan cercano, se ha encarnado, se ha hecho hombre, se ha entregado en esta cruz que lo vemos en el Señor de los Milagros, para salvarnos y para abrirnos nuevamente las puertas del cielo».
El prelado enseñó que solo en el amor se entiende la grandeza del ser humano y que ese amor de Jesús en la cruz es una enseñanza del amor que despierta en el corazón de las personas los ideales para perdonar a todos y ser generosos.
En otro momento, pidió la bendición al Señor de los Milagros, que sale a recorrer las calles y plazas bendiciendo, perdonando e iluminando a todos los fieles que lo acompañan.
«Señor, que cada corazón sienta tu amor para que cambie, que cada corazón sienta el deseo de ser un buen católico, de no tener temor de expresarlo, de conocer los mandamientos y ponerlos en práctica, que todos los hogares aunque estén un poco divididos que hoy los unas, que se entiendan padres e hijos, benditas abuelas que tantas veces son el apoyo para educar a los nietos. Que Dios, que hoy va a pasearse por las calles, bendiga a todos los hogares, bendiga a los gobernantes para que entiendan que su labor es servir al pueblo», afirmó.
Finalmente, pidió por los sacerdotes y religiosos para que sean un buen reflejo de ese amor que Cristo ha dejado en manos de su Iglesia.
Concelebraron con el Cardenal Cipriani, Monseñor James Patrick Green, Nuncio Apostólico; Monseñor Kevin Randall, miembro de la Nunciatura Apostólica; Monseñor Raúl Chau, Obispo Auxiliar de Lima; Monseñor Pedro Hidalgo, Director Espiritual de la Hermandad del Señor de los Milagros; así como diversos sacerdotes de la Archidiócesis de Lima.