(CyL) “Reconocer estar hecho para lo infinito significa recorrer un camino de purificación de aquello que hemos llamado «falsos infinitos», un camino de conversión del corazón y de la mente”, escribe el Papa en su mensaje para observar que “es necesario erradicar todas las falsas promesas de infinito que seducen al hombre y lo hacen esclavo”. Sin embargo, “para encontrarse verdaderamente a sí mismo y la propia identidad, para vivir a la altura del propio ser, el hombre debe volver a reconocerse criatura, dependiente de Dios”, que en lo profundo es el gozoso descubrimiento de ser hijos de Dios, escribe el Papa, y que permite “una vida verdaderamente libre y plena”.
Los trabajos del día inaugural lanzan una mirada a la situación en África. “El martirio de Nigeria: Tenemos necesidad del milagro de Dios”, ha sido el tema y la introducción al encuentro con Mons. Ignatius Kaigama, Arzobispo de Jos y Presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria, quien afirmó que “cuando las iglesias se queman, se destruyen las propiedades, a los amigos, se asesina a los familiares, estalla una rabia difícil de calmar”.
Como es bien sabido, la secta islamista radical “Boko Haram”, persigue sistemáticamente a los cristianos. Su última ataque tuvo lugar el 11 de marzo de este año, cuando atacaron la Iglesia de San Finbar y mataron a 15 personas. “Cuando llegué al lugar –contó el arzobispo– todo estaba destruido. Los jóvenes estaban llenos de rabia y tristes y me pedían hacer algo. Algunos me acusaban de ser demasiado amigo de los musulmanes y querían empuñar las armas. Me volví y me arrodillé frente a las imágenes sagradas destruidas. De repente los muchachos hicieron silencio. Les dije que volvieran a casa y que no hicieran prevalecer en sus ánimos la rabia y el odio”. “Hemos sido atacados y asesinados pero la esperanza permanece”, añadió.
Actualmente el presidente de Nigeria es cristiano y monseñor Kaikama piensa que los atentados de los fundamentalistas están apoyados por fuerzas políticas que quieren derribar al gobierno y crear confusión. No hay pruebas suficientes de que los Boko Haram estén apoyados por fuerzas de fuera del país. En todo caso –según el arzobispo–, la única solución es la de reforzar el diálogo y la paz.
Monseñor Kaikama explicó que la Iglesia católica dedica mucho tiempo a ayudar a la gente, proporcionando educación, servicios sanitarios, agua potable y mucho más. Para favorecer la paz y la amistad, el arzobispo nigeriano ha compartido comidas con los musulmanes.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria concluyó su intervención subrayando que Jesús murió en la cruz con los brazos abiertos para “abrazar a toda la humanidad”, y pidió oraciones para poner fin a la violencia y garantizar que Nigeria permanezca unida.