(Aciprensa/InfoCatólica) El sacerdote, conocido popularmente como el “ciberteólogo” del Vaticano, comentó en su blog la decisión de la Conferencia Episcopal de Nueva Zelanda de negarse a la petición de varios sacerdotes del país que solicitaron usar estos dispositivos móviles en la las liturgias que presiden.
A través de la edición de julio de la revista italiana ‘Jesús’, y en su blog “CyberTeologia”, el padre Spadaro explica cómo cambia el concepto del libro sagrado en los tiempos del iPad, y considera que gracias a las aplicaciones que permiten rezar la oración del Breviario, o el Misal, como el iBreviary, se puede difundir el uso de los libros litúrgicos en el mundo digital.
El padre Spadaro explica cuál es el desafío que las pantallas plantean a los “textos sagrados”:
“En primer lugar, el hecho de que el texto se convierte en un “objeto” fluido: exactamente lo contrario de las “tablas de la ley” o del dicho “scripta manent”. Más aún: el texto litúrgico puede fácilmente desaparecer del soporte para dar paso a un vídeo, al correo electrónico, una página web, otras aplicaciones. El “texto” se separa de la realidad material de la ‘página’, para ‘flotar’ en la pantalla, sin coincidir nunca con ella”.
En resumen: en los soportes digitales, la “página” ya no es el “icono” pintado en pergamino, como lo fue en la época de las grandes biblias miniadas, sino una “pantalla”; La página se convierte en provisional, el libro en accesorio. En la carta de los obispos de Nueva Zelanda se manifiesta que la Liturgia piensa en la página como en un icono. La página del Evangelio, aunque no esté ahora tan ricamente iluminada como antes, sigue siendo parte integrante de la acción ritual de la comunidad cristiana.
El presbítero explica que “es inimaginable que se lleve en procesión un iPad o una computadora portátil, o que en una liturgia un monitor sea solemnemente incensado y besado”. Así, “la liturgia es el bastión de resistencia de la relación texto-página contra la volatilización del texto desencarnado de una página de tinta; el contexto en el cual la página permanece como el ‘cuerpo’ de un texto”.
“Pensemos en el Concilio de Trento, que abrazó la tecnología de vanguardia de su tiempo, la imprenta, lo que permitió la creación de editiones typicae, ayudando a crear una liturgia verdaderamente “global”, esto es, uniforme en todas las diócesis y parroquias”.
Un estudio realizado en 2010 por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz y la Universidad de Lugano con el apoyo de la Congregación para el Clero, demostró que el 17,5 por ciento de los sacerdotes del mundo usaba internet al menos una vez al día para rezar la liturgia de las horas, mientras que, hasta casi un 36 por ciento, lo hacía al menos una vez a la semana.