(Fides) «Gracias a la colaboración admirable de los laicos con sus astores, la iglesia local está viva, es dinámica y misionera – ha dicho el cardenal -. A todos vosotros laicos, que habéis contribuido a la proclamación del evangelio ayer y hoy, quiero rendiros un merecido homenaje, dedicando una mención especial a los catequistas».
Hay muchas personas laicas que dan «un ejemplo excelente de fe y de caridad, a través de su participación en la vida política, económica y cultural», y el Prefecto de la Congregación Misionera les ha animado a continuar con su servicio, especialmente en el campo político, indicándoles algunos desafíos que tendrán que afrontar en el ámbito social y eclesial, en primer lugar la evangelización de la cultura.
«Los conflictos, las rivalidades perversas, las divisiones étnicas y tribales, el fetichismo y la brujería, el abandono de la Iglesia en favor de otras sectas o iglesias independientes, todos estos males son la triste manifestación de una falta de profundidad de la fe en un cierto número de cristianos – ha dicho el Cardenal -. Y por lo tanto es urgente cambiar estas actitudes y comportamientos contrarios al espíritu del Evangelio».
Otro ámbito que necesita la atención y el compromiso pastoral es el de la familia, afectada por una débil adherencia a la moral católica del matrimonio, por el concubinato, el divorcio, la poligamia. El Cardenal ha instado a los laicos a tomar una parte activa en el ministerio de la familia y a promover las asociaciones de espiritualidad familiar, para defender la familia y los valores familiares.
«La educación en valores para la paz, la justicia y la reconciliación comienza en la familia – ha dicho el Cardenal Filoni -. Se trata de un compromiso que el reciente Sínodo para África ha identificado y priorizado para la Iglesia en África, especialmente en la República Democrática del Congo, dado el contexto socio-político del país, afectado por la guerra, los conflictos armados, la lucha por el poder, el desplazamiento de la población, las injusticias sociales y las violaciones de los derechos humanos. El reto aquí es hacer de la Iglesia-Familia de Dios, un verdadero lugar de perdón, de reconciliación y de paz».
El Prefecto de la Congregación Misionera ha concluido su discurso instando a los laicos congoleños a dar un testimonio coherente de su fe y a caminar hacia la santidad, cultivando una relación espiritual con Dios profunda.