El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Rubén Salazar, dijo ayer que observa signos esperanzadores de un diálogo de paz entre el Gobierno y las FARC. Lo hizo tras la liberación de los 10 últimos militares y policías que estaban como rehenes de ese grupo guerrillero. Salazar señaló que observa ese escenario por las políticas sociales que está impulsando el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, en referencia a las leyes para reparar a las víctimas del conflicto y restituir las tierras a los despojados. También se refirió a la voluntad del grupo armado de liberar rehenes y prometer que no volverá a secuestrar a civiles. “Se empiezan a dar las condiciones (para un diálogo de paz). No solamente el Gobierno está implementando una serie de leyes que cambian la situación, sino también porque la guerrilla parece dar unos signos muy esperanzadores de querer la paz”, dijo el presidente del Episcopado y arzobispo de Bogotá. Si ellos (los guerrilleros) siguen en este proceso que se ha iniciado con la liberación incondicional de estos secuestrados, se acaba el secuestro en el país y cesan las acciones terroristas. Yo creo que verdaderamente se puede empezar un diálogo de paz, añadió. Salazar comentó que los recientes actos y pronunciamientos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) son un primer paso muy importante, aunque admitió que no el único paso para llevar a una mesa de negociaciones a los representantes del Gobierno y la guerrilla. Según el obispo, las FARC deben avanzar también en aspectos como cesar los ataques a la población civil, erradicar las minas antipersona y respetar el Derecho Internacional Humanitario. El secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Juan Vicente Córdoba, expresó que aún no se hace ilusiones sobre un proceso de paz y recordó que las FARC deben liberar a todos los civiles que tiene secuestrados para cumplir la promesa de no volver a cometer ese delito. Las FARC dejaron en libertad el lunes pasado a los 10 últimos militares y policías que tenían secuestrados, tras iniciar en 1996 la práctica de la toma de rehenes en ataques a poblaciones. Se trata de un procedimiento que por esa época alcanzó a tener hasta 400 miembros de la fuerza pública retenidos por el grupo. La cifra fue disminuyendo con el paso de los años por procesos de liberaciones incondicionales, del canje con guerrilleros presos, de fugas, de rescates por parte del Ejército y de muertes en cautiverio. El presidente Juan Manuel Santos ha manifestado que valora el gesto de las FARC porque va en la dirección correcta, pero que le parece insuficiente para entablar un proceso de diálogo. Santos exige que las FARC liberen a todos los secuestrados civiles, cuya cantidad exacta se desconoce, dejen de atacar a la población civil y corten los nexos con el narcotráfico para iniciar un proceso de negociaciones.
(El Comercio/InfoCatólica) Mons. Salazar también se refirió a la voluntad del grupo armado de liberar rehenes y prometer que no volverá a secuestrar a civiles. “Se empiezan a dar las condiciones (para un diálogo de paz). No solamente el Gobierno está implementando una serie de leyes que cambian la situación, sino también porque la guerrilla parece dar unos signos muy esperanzadores de querer la paz”, dijo el presidente del Episcopado y arzobispo de Bogotá.
“Si ellos (los guerrilleros) siguen en este proceso que se ha iniciado con la liberación incondicional de estos secuestrados, se acaba el secuestro en el país y cesan las acciones terroristas. Yo creo que verdaderamente se puede empezar un diálogo de paz”, añadió.
Mons. Salazar comentó que los recientes actos y pronunciamientos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) son un primer paso muy importante, aunque admitió que no es el único para llevar a una mesa de negociaciones a los representantes del Gobierno y la guerrilla. Según el obispo, las FARC deben avanzar también en aspectos como cesar los ataques a la población civil, erradicar las minas antipersona y respetar el Derecho Internacional Humanitario.
Mons. Córdoba aun no se hace ilusiones
Sin embargo, el secretario general de la Conferencia Episcopal, Mons. Juan Vicente Córdoba, aseguró que aún no se hace ilusiones sobre un proceso de paz y recordó que las FARC deben liberar a todos los civiles que tiene secuestrados para cumplir la promesa de no volver a cometer ese delito.
Las FARC dejaron en libertad el lunes pasado a los 10 últimos militares y policías que tenían secuestrados, tras iniciar en 1996 la práctica de la toma de rehenes en ataques a poblaciones. Se trata de un procedimiento que por esa época alcanzó a tener hasta 400 miembros de la fuerza pública retenidos por el grupo. La cifra fue disminuyendo con el paso de los años por procesos de liberaciones incondicionales, del canje con guerrilleros presos, de fugas, de rescates por parte del Ejército y de muertes en cautiverio.
El presidente Juan Manuel Santos ha manifestado que valora el gesto de las FARC porque va en la dirección correcta, pero que le parece insuficiente para entablar un proceso de diálogo. Santos exige que las FARC liberen a todos los secuestrados civiles, cuya cantidad exacta se desconoce, dejen de atacar a la población civil y corten los nexos con el narcotráfico para iniciar un proceso de negociaciones.