(PL) Roxana Castro, miembro de la Coalición pro Reconstrucción del Mural, informó que pedidos similares se han hecho a la Nunciatura Apostólica, la Fiscalía General de la República, al gobierno y a la alcaldía capitalina.
Nosotros queremos que las instituciones den explicaciones de qué pasos se han seguido para darle cumplimiento a lo que la ley ya indica, que son los pasos para proteger nuestro patrimonio cultural, afirmó.
La obra se encontraba en el lugar desde 1997 y su autor, Fernando Llort, consideró su destrucción como el día más triste de su vida, se quejó de no haber sido avisado y además reclamó los escombros.
La destrucción de mural fue ejecutada sorpresivamente a fines de diciembre pasado aduciendo que muchos mosaicos amenazaban con desprenderse, con lo cual corría peligro la vida de los feligreses.
El Arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar Alas, agregó el domingo último que en el mural había un símbolo masónico, lo cual no puede ser permitido por la iglesia.
Otra de las activistas, Mayra Barraza, recordó que la construcción del mural estuvo supervisada por el entonces arzobispo de San Salvador, Fernando Sáenz Lacalle, un sacerdote español que ocupó el puesto de 1995 al 2008.
Según datos de su biografía, fue enviado en 1962 al país a hacerse cargo del centro del Opus Dei en San Salvador. Fue el sucesor de monseñor Arturo Rivera y Damas.