(La República) Monseñor Salvador Piñeiro García-Calderón precisó que ante estos problemas la Iglesia no puede vivir de espaldas. “Los obispos son los que más conocen los problemas que hay en sus zonas, y me da satisfacción que pidan la intervención del obispo como un veedor, un facilitador, un garante de los acuerdos que se tomen en las mesas de trabajo, como ocurre en Huari y Cajamarca. Ellos acuden en nombre de la Iglesia, no podemos estar de espaldas a las situaciones sociales”, afirmó el electo presidente de la CEP, quien estuvo acompañado del primer vicepresidente, monseñor Pedro Barreto; y del segundo vicepresidente, Javier del Río.
Al referirse a los conflictos mineros, Mons. Salvador Piñeiro expresó su esperanza en que las partes involucradas utilicen el diálogo y también busquen el consenso. “Hoy necesitamos más que enfrentamientos, entendimientos”, anotó.
Sobre la Universidad Católica
En cuanto a la posición que durante su gestión tomará la Conferencia Episcopal Peruana respecto al litigio de la Pontificia Universidad Católica del Perú con el Arzobispado de Lima, monseñor Piñeiro expresó que ese conflicto debió tratarse internamente, y que los temas difíciles de la Iglesia no deben llevarse a tribunales civiles.
Explicó que la Universidad Católica nació en la Iglesia y debe ser un areópago moderno donde, en el diálogo con la cultura, no se olvide la fe. Expresó su esperanza en que con la mediación del cardenal encargado se llegue a buenos términos. “Los hijos de la Iglesia no podemos llevar este caso a los tribunales civiles, lo debemos trabajar al interior de la familia”, insistió.
Comisión de la verdad
Sobre el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, Piñeiro dijo que era un documento muy técnico que debería complementarse. “Nos hemos enterado de que le ha faltado algunas otras informaciones. Por eso digo que es una de las fuentes que nos va a ayudar a la reflexión. “Como obispo militar, soy testigo del trabajo de las Fuerzas Armadas por el país”, afirmó.