(Fides) Desde septiembre, la hambruna se ha extendido a otras tres regiones del país, decenas de miles de personas murieron de hambre y 750.000 viven el hambre. Sin embargo, el pasado diciembre, la ayuda humanitaria y las lluvias habían comenzado a mejorar la situación en algunas partes, pero no en los campos de refugiados llenos de gente desesperada y hambrienta.
En Mogadiscio, hay más de 300 campos que acogen a 185.000 personas desplazadas, unas 18.000 personas pobres y necesitadas que viven en refugios cubiertos con láminas de plástico y cartón en el pueblo de Maaji, donde el gobierno no ha intervenido. Consternados por los comentarios del Primer Ministro, los trabajadores de ayuda humanitaria en Mogadiscio dicen que las cosas están mejorando, pero la emergencia está lejos de resolverse.
Según el Somali Relief, Rehabilitation and Development Organisation (SORRDO), en el mes de agosto de 2011 se dieron muchos casos de desnutrición aguda, e incluso si la situación es algo mejor, los nuevos casos aparecen cada día.
En el centro gestionado por la organización, los niños se pesan para determinar su grado de desnutrición. Se han distribuido bolsas de alimentos a través del Programa Mundial de Alimentos (PMA). Se ha creado una cocina al aire libre con decenas de grandes calderos de estaño que ofrecen polenta y sopa a 6.000 personas que cada día hacen cola. Según las Naciones Unidas se trata de la crisis humanitaria más grave del mundo.