(Efe) El cardenal Ortega, primado católico en la isla, que presentó recientemente su renuncia como obliga el derecho canónico al cumplir 75 años, destacó la continuidad del diálogo con el Gobierno cubano, abierto el año pasado en torno a los presos políticos, aunque ese capítulo ya se cerró cuando se dio por culminado el proceso de excarcelaciones. El cardenal hizo estas declaraciones tras entregar en La Habana diversos premios concedidos por la revista católica Palabra Nueva.
“Hay un diálogo siempre que tiene que ver con la vida de la iglesia, con su acción pastoral y también con la vida de la nación con los cambios que se proyectan en Cuba, económicos, con esos cambios que la sociedad espera, que el cubano espera y que la Iglesia también ha alentado, apoyado y espera”, dijo el cardenal.
Sobre esos cambios y el plan de reformas económicas impulsado por el presidente Raúl Castro, Ortega admitió que podrían “ir un poco más rápidas”, pero destacó que lo importante es que se trata de ajustes “sostenidos“ y que la perspectiva es de “ampliación” y no de restricción. “No inquieta el hecho de ver que nada vuelva atrás sino que siempre los pasos han sido de apertura y ésa es mi esperanza y mi confianza”, agregó.
El cardenal Ortega manifestó que en Cuba la Iglesia católica vive “una nueva relación, no solamente Iglesia-Estado sino Iglesia con el pueblo cubano”. “La relación antiquísima se renueva y esto se hace posible gracias a un nuevo clima que hemos podido respirar nosotros también en nuestra acción pastoral”, afirmó.
En cuanto a su continuidad al frente del Arzobispado de La Habana, calificó de un “honor” que el Papa le haya confirmado en ese puesto, y explicó que su proyecto sigue siendo el mismo porque no se trata de un nuevo mandato.
Preguntado si Benedicto XVI visitará Cuba, dijo que la posibilidad “no está cerrada”. “No está afirmada ni anunciada pero no hay un 'no' acerca del viaje”, comentó. El prelado recordó que vio al Papa en Roma en agosto junto a un grupo de sacerdotes y laicos cubanos con los que Ortega participaba en una peregrinación y donde plantearon al pontífice la posibilidad de visitar Cuba a lo que Benedicto XVI contestó “Si Dios quiere, si Dios quiere”.